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domingo, 22 de abril de 2018

Lucy Hicks Anderson


Lucy Hicks Anderson nació en el año 1886 en Kentucky.
Hoy Lucy podría describirse como una persona transgénero, pero ese término no existía durante su época. Aunque ella no se refirió a sí misma como una persona trans, insistió públicamente en que todo el mundo tiene el derecho a decidir a qué género pertenecer.
Hija de una familia afrodescendiente, cuando era pequeña y comenzó a ir a la escuela ella insistió en usar vestidos y comenzó a llamarse a sí misma Lucy. Su madre la llevó a un médico y el médico le dijo que criara a Lucy como a una niña. Dejó la escuela a los quince años para trabajar como empleada doméstica.
Cuando tenía veinte años se mudó al oeste, instalándose en Texas, donde trabajó en un hotel durante una década. En 1920, se casó con Clarence Hicks en Nuevo México y después se mudó a California. En Oxnard continuó trabajando como empleada doméstica pero también ahorró dinero, compró propiedades cerca del centro de la ciudad y llevó un burdel. Lucy se divorció de Hicks en 1929.
En 1944 se casó con Reuben Anderson, un soldado estacionado en Long Island, Nueva York.
Cuando las autoridades descubrieron que Lucy no era una mujer cisgénero el fiscal del distrito de Ventura decidió juzgarla por perjurio. Según el fiscal ella había cometido perjurio cuando firmó la solicitud de una licencia de matrimonio jurando que no había "objeciones legales al matrimonio". Ella desafió la autoridad de los médicos que insistían en que era un hombre.
"Desafío a cualquier doctor en el mundo a que diga que no soy una mujer", dijo a los periodistas en medio de su juicio. "He vivido, me he vestido, he actuado exactamente como soy. Soy una mujer".
Un jurado la declaró culpable, pero el juez la puso en libertad condicional durante diez años en lugar de enviarla a prisión. Sin embargo, como Lucy había recibido cheques como esposa de un miembro del ejército estadounidense el gobierno federal enjuició al matrimonio por fraude en el año 1946. Ambos fueron declarados culpables y sentenciados a prisión. Después de su liberación intentó regresar a Oxnard pero el jefe de policía local le dijo que se fuera de la ciudad o se arriesgara a ser procesada.
Lucy Hicks Anderson vivió el resto de su vida en Los Ángeles hasta fallecer en 1954.

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