Cuando el exatleta olímpico Bruce Jenner apareció el pasado julio en la portada de Vanity Fair con su nueva identidad sexual, ahora Caitlyn Jenner, la sismografía mediática recogió un segundo Big Bang cifrado de inmediato en el millón de internautas que Jenner sumó a su nueva cuenta de Twitter en solo cuatro horas. El foco reluciente de la saga Kardashian-Jenner se desplazó del generosotrasero de Kim Kardashian al rostro de una mujer de 65 años exhibiendo su estrenada filiación en el marco glamouroso de la revista.
Bajo su nueva construcción sexual Caitlyn Jenner abrió otro frente en la visibilidad del colectivo transexual. El pasado 15 de julio, con ocasión de la recogida de un premio a los valores olímpicos, Jenner pronunció un emotivo discurso en defensa de la causa del colectivo LGBT. “Las personas transexuales se merecen vuestro respeto y solo con el respeto podremos tener una sociedad más tolerante”, dijo una reivindicativa Caitlyn Jenner. Protagonista de su propio reality show —I Am Cait— Jenner se ha unido a figuras como la actriz Laverne Cox, la primera transexual en protagonizar la portada del Time, popular por la serieOrange is The New Black y activista en los derechos de los transexuales; la realizadora Lana Wachowski o la modelo Andreja Pejic habían hecho anteriormente pública su cambio sexual.
Apertura mediática
Una visibilidad femenina, ya sea promovida por las portadas de los magazines o las pasarelas de moda, que contrasta con la de los hombres todavía muy restringida con excepciones como la de Chaz Bono, la hija y ahora varón, de la pareja Sonny y Cher o Aydian Dowling, candidato a ocupar la portada de la revista Men’s Health y que se revelaría en el show de Ellen DeGeneres narrando su conversión de mujer a hombre ante los ojos de medio Estados Unidos.
Esta apertura mediática celebrada por series como Transparentenmascara el combate de otros personajes transexuales librado en épocas menos receptivas y cuyo destino pasaba inevitablemente por las páginas sensacionalistas y de chismorreos. Cuando el bailarín Jacques Dufresnoy decidió transformarse en la vedette Coccinelle(1931-2006) y pasar por la clínica del ginecólogo George Burou en Casablanca, su caso fue la primera y gran revelación del universo transexual. Convertida en una de las estrellas de la boîte Le Carrousel, una sala de fiestas de los Campos Elíseos animada por artistas travestis que ilumina las noches del París de los años cincuenta, Coccinelle se convirtió el retrato, tanto en positivo como en negativo, de la visibilidad transexual. Sus actuaciones en la España franquista estaban rodeadas de una expectación morbosa y hasta apareció en la película Días de viejo color, de Pedro Olea, junto al pintor Viola.
“Yo no aceptaba la idea de que era un hombre, porque yo era y me sentía una mujer”, confiesa ante la cámara en el turbador documentalBambi (Sébastien Lifshitz, 2013) Marie-Pierre Pruvot, en tiempos ya lejanos una de las vedettes de Le Carrousel. Bambi, su nombre artístico, vivió su infancia como niño —Jean-Pierre— en Orán. Un muchacho lleno de dudas que finalmente se liberó huyendo a París. La prostitución o el espectáculo eran los únicos destinos para un travesti. El joven Jean-Pierre entró a trabajar en la sala de fiestas Le Carrousel. Como Coccinelle, después de fatigosas sesiones de hormonas, pasó por la clínica del doctor Burou, que se transformó en una especie de meca para los transexuales. A diferencia de otras compañeras, Bambi cambió el mundo del espectáculo por el de la enseñanza y la literatura, llevando una segunda existencia a lo largo de casi 30 años como profesora de Literatura. Hoy, a sus 70 años y jubilada, convive con otra mujer.
Pero no todas las voces han aplaudido el coming out de Caitlyn Jenner. La que fue en su momento la primera transexual celebre del Reino Unido, April Ashley, ahora una venerable anciana de 80 años, manifestó su estupor “por la tardanza de Jenner en haber reconocido su identidad oculta” y de paso lanzó sus dardos contra “ese nido de vulgaridad que es el clan Kardashian”. Ashley después de un primer itinerario como vedette en Le Carrousel, emprendió una carrera como modelo y apareció en los grandes magazines de moda. La revelación de su identidad sexual constituyó uno de los grandes escándalos informativos en la Gran Bretaña de los primeros años sesenta.
Tampoco han faltado las voces críticas desde la propia comunidad transexual. A pesar de la publicidad que supone para el colectivo casos como el de Jenner, no todo es positivo porque en realidad se trata de reforzar los estereotipos tradicionales femeninos. Es una modelo, mujer blanca y rica que, en opinión de los participantes en estos foros críticos, enmascara la realidad del colectivo transexual. El caso del exatleta ha tenido también respuesta en las redes sociales a través delmovimiento My Vanity Fair Cover, donde transexuales de todo el mundo han sustituido la imagen de Jenner en la portada del Vanity Fair por su propia fotografía: la visualización de un colectivo que sigue siendo marginal.
Enlace: El País
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