Los transexuales de Nepal aguardan con impaciencia la aplicación de una próxima ley por la cual dejarán de ser reconocidos como "hombres" o "mujeres" y lo serán como "otros", categoría que consagra oficialmente al conocido como "tercer sexo".
Manisha Dhakal, de 37 años, es una de las afectadas por la futura norma: le gusta que la mencionen como "ella", pese a que su documento de identidad, emitido cuando tenía 16 años, precisa que nació hombre y obvia la duda sexual que le asaltó con cinco años.
"Iba a la escuela vestida de chico. No jugaba al fútbol, como hacían los otros niños. Me gustaban las muñecas", dice.
La decisión de oficializar el tercer sexo aún debe ser aplicada, dijo a Efe el portavoz de Interior, Shankar Koirala, quien añadió que se desconoce el tiempo que durará un proceso para establecer una categoría que podía incluir también a los homosexuales.
"Podrán ser incluidos quienes lo soliciten", apuntó Koirala.
Tras poner a punto la normativa, la Administración enviará circulares a las 75 oficinas de distrito que son responsables de emitir los certificados de ciudadanía.
La decisión del Gobierno se produce tras una sentencia del Tribunal Supremo del 2007 por la que se le impelía a reconocer como tales a los miembros del "tercer sexo", en alusión a los transexuales y los hermafroditas.
Pero el Gobierno ha tardado cinco años en ponerla a punto, debido a que los sucesivos ministros de Interior se negaban a reconocer a las minorías sexuales, según dijo a Efe Sunil Babu Pant, el más reconocido activista del sector en Nepal.
"Si Nepal hubiera empezado a darnos los papeles justo tras la decisión del tribunal, habría sido el primer país del mundo en hacerlo", dijo Pant, el único diputado abiertamente homosexual en el Parlamento recién disuelto.
Desde entonces, Australia, Nueva Zelanda y Argentina han comenzado a registrar personas en la categoría "tercer sexo", agregó, mientras que en Pakistán se ha reconocido ese derecho pero está pendiente su aplicación.
Hasta ahora, pese a la falta de acción gubernamental, tres nepalíes han recibido el certificado en la categoría "otros", porque los funcionarios de cada caso decidieron correr el riesgo de actuar a partir de la decisión judicial.
Los miembros del "tercer sexo" también fueron computados como tales cuando se realizó el último el censo, pero los activistas denuncian que tales datos no figuraron cuando se hicieron públicos los resultados del recuento de población.
"Los funcionarios no tenían la formación debida. Algunos llegaban a pedir certificados de ciudadanía y, en algunos casos, pedían que el ciudadano en cuestión se quitará la ropa", denunció Pant.
Aunque todavía pervive en Nepal el estigma asociado al tercer sexo, las cosas están cambiando lentamente en este país de mayoritaria religión hindú.
Pant estableció en el año 2001 la Sociedad Diamante Azul (Blue Diamond Society), que fomenta los derechos de género y las minorías sexuales, y muchos miembros del tercer sexo han encontrado un apoyo que a veces les faltaba.
"En los 90, tras salir del instituto tenía que ir a parques a buscar gente como yo, pero ahora tenemos esto", cuenta la transexual Dhakal en referencia a esa organización, en la que trabaja.
Gracias a la Sociedad, Dhakal dice haber podido tener al fin una conversación sincera con sus padres y en su día convencerles de que no la casaran, todo un desafío en una sociedad donde la mayoría de los matrimonios son concertados y corren por decisión familiar.
En el año 2006, Dhakal comenzó a tomar hormonas para que se le desarrollaran los pechos, y hoy, con esas curvas, su pelo largo y su voz aguda, podría pasar por mujer de nacimiento.
"En una sociedad hindú el género se asocia al matrimonio: un hombre se casa con una mujer, y viceversa", explica Pant.
Las nuevas directivas del gobierno también permitirán a gays y lesbianas elegir la opción distinta a hombres y mujeres.
"Vamos a animar a los gays y las lesbianas a elegir la opción neutra. Pero la decisión debe ser de cada uno", dijo Pant.
De acuerdo con estimaciones internacionales, en torno al 8-10% de la población es homosexual, y el 1% es transexual.
"Una vez esté preparada la directiva, habrá en torno a 200 ó 300 de nosotros esperando a obtener los certificados de ciudadanía con una nueva identidad", dijo Pant, mientras Dhakal considera que "se trata de una victoria" y agrega: "estoy feliz".