Luego de una extensa campaña a través de internet para recolectar fondos que inició el año pasado, Samantha Flores, una activista transgénero de 86 años, cumplió este fin de semana su meta al inaugurar las actividades de “Vida Alegre”, un centro dirigido a brindar apoyo psicológico y asistenciaa personas adultas mayores LGBT.
“La situación del adulto mayor gay es invisible, nadie sabe que existimos. Los pocos amigos que conozco tienen una vida solitaria, aunque vivan con sus familias están excluidos”, señala Samantha sobre la importancia de un proyecto como el que ella, desde du organización civil Leatus Vitae, emprendió.
“Cuando yo llego a mi casa y meto la llave en la cerradura digo que feliz ya estoy en mi casa, ya estoy en mi hogar y me siento protegida, pero muchos adultos mayores tienen familia pero están desprotegidos y el adulto mayor gay es invisible, no tiene ninguna ayuda, está solo”, narra Samantha, quien a lo largo de su vida se ha dedicado al activismo a favor de las personas con VIH, específicamente los niños.
En un inició, el proyecto estaba planteado para funcionar como un asilo de tiempo completo para personas adultas mayores LGBT que se encuentran en situación de vulnerabilidad, pero, debido al poco presupuesto con el que se cuenta, el equipo de Leatus Vitae decidió que el espacio se desempeñara como una “casa de día”, la cual funcionará como un centro de difusión cultural, lugar de encuentro para esta población y centro de asistencia.
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Imagen de Huffington Post |
La sede de este espacio se ubica en el número 144B en la avenida Xola, en la colonia Álamos de la delegación Benito Juárez, en la Ciudad de México. el lugar cuenta con dos cuartos, uno posee una computadora con servicio a internet y en el otro hay sillas plegables y una pantalla para la exhibición de películas.
Además cuenta con una biblioteca con libros que ella misma donó. Entre las actividades previstas se encuentra la impartición de clases de yoga, las cuales ella impartirá los martes. Mientras se generan más actividad, la casa opera de manera permanente como un centro de apoyo psicológico, el cual actualmente se ofrece a dos personas los sábados por la mañana.
Su fundadora espera que con el tiempo lleguen más personas adultas mayores LGBT, especialmente transexuales, transgénero y travestis. Ella está en el centro todos los martes y jueves recibiendo a los visitantes y aquellos que solicitan las actividades y permanecer en la estancia.
“Todo es gratuito y es para que los adultos mayores de la comunidad LGBT no se sientan solos. Hemos sufrido tanto el rechazo que nosotros no podemos hacer lo mismo. Tenemos que ser incluyentes”, explicó Samantha.
Con información de Infobae y Nación 321. Imagen de portada de El País.