Con motivo, para los católicos de la festividad de la Sagrada Familia el Episcopado vuelve a querer imponer a la sociedad española, un discurso catastrofista, falso e hipocrita.
En primer lugar hay que desenmascarar a quienes se han reunido en la Plaza de Colón:
Evidentemente son los sectores más reaccionarios de la Iglesia española y mundial. Para averiguarlo nada mejor que leer las páginas religiosas de La Razón: declaraban triunfalmente que "Medio millón de católicos españoles participan en movimientos apostólicos". Según este artículo, el más numeroso, con 86.000 miembros, es el Camino Neocatecumenal, seguido por el Apostolado de la Oración, con 50.000, y los Focolares, con 42.000. A tenor de este informe, el Opus Dei tiene 33.000 adeptos numerarios y 84.000 no numerarios y los Legionarios de Cristo, apenas 4.000. El resto, hasta el medio millón, se reparte entre decenas de grupúsculos.
Estos movimientos se repartirían el trabajo en función de su "carisma" propio y para evitar grandes choques entre ellos: el Opus Dei, los Legionarios de Cristo y Comunión y Liberación se dedicarían a las élites. Los Neocatecumenales y los Focolares, a las clases medias. Y los carismáticos, a las clases más populares.
¿Qué pretenden?
Estos sectores más reaccionarios de la Iglesia católica española quieren afianzar sus posiciones extremas. Se sienten fortalecidos y confortados por el respaldo y aval de gran parte de los prelados españoles y del Papa Ratzinger en particular
En su tenaz empeño por imponer su interpretación rancia y radical de la doctrina católica no se paran en barras. Quieren minar la democracia española de forma silenciosa, promoviendo un gran poder sociopolítico encubierto dentro de la derecha española que manejan grupos de presión como el Opus Dei, Legionarios de Cristo, Comunión y Liberación…
Menos mal que su estrategia no parece haber logrado su objetivo, pero estos movimientos no sólo se han consolidado en la Iglesia sino que poco a poco se han ido extendiendo por la sociedad, tomando las riendas del poder, sobre todo dentro del PP, medios de comunicación afines, círculos empresariales… para imponer sus doctrinas -que son las únicas "verdaderas"- al resto de la Iglesia y de la sociedad.
¿Cuál es el mensaje de este año?
Nada nuevo, de lo dicho en años anteriores. Como no es año de elecciones, han suavizado el tono pero el contenido es el mismo con matices.
Señalan la situación de asfixia» y de «serios peligros» que enfrenta hoy la familia en España y enumeran 6 causas: el matrimonio homosexual, el divorcio exprés, la falta de conciliación entre la vida familiar y laboral, la crisis económica, la baja tasa de natalidad y la violencia de género.
Analizaré ahora las 6 causas (dejaré la causa primera: el matrimonio homosexual para otro artículo),
1- Diremos que el llamado divorcio express agiliza (las parejas que quieran divorciarse pueden hacerlo una vez que hayan transcurrido tres meses desde el día en que se casaron, sin tener que haberse separado primero) el proceso de disolución de todos aquellos matrimonios donde hay un cese efectivo de la convivencia conyugal. Es decir alivia el clima psicológico negativo que se genera en la mayoría de los casos.
Como bondad de la ley se regula la custodia compartida de los hijos y se establece un fondo de garantía de los impagos.
¿Qué quieren estos grupos católicos? Evidentemente acabar con la ley de divorcio, en su totalidad. Su modelo es de todos conocidos: si hay violencia, infidelidad, abandono…
quedan tres soluciones:
- Aguantar la situación.
- Separarse, como mal menor, pero sin que los cónyuges puedan rehacer su vida con otra pareja. Es
decir se les impone la soledad.
- O para los más privilegiados (o sea, ellos) acudir al tribunal de la Rota y anular el matrimonio.
2- Analicemos ahora los siguientes tres males, que bombardean a la familia: la falta de conciliación entre la vida familiar y laboral, la crisis económica, la baja tasa de natalidad.
Por una vez estamos de acuerdo en su análisis. Evidentemente son tres graves causas que deterioran a la familia.
Pero, de nuevo hacen gala de la falsedad y de la hipocresía.
Ellos defienden e impulsan un modelo económico que provoca estas tres situaciones. Son ellos los artífices del mal de la familia.
En sus colegios y universidades, se educan las élites políticas y empresariales que han dirigido y dirigen el movimiento económico neoliberal que ha provocado la crisis económica actual.
¿Cómo se puede conciliar la vida familiar y laboral con legislaciones, como las de las 65 horas de trabajo…? Por cierto tuvo que ser la izquierda parlamentaria europea la que ha paralizado la ley.
Así mismo los salarios basuras, la precarización laboral, todo ello defendido desde la derecha católica no hace sino imponer a las familias índices de natalidad no deseables.
Son ellos y sus sectores los causantes del deterioro de la familia al posibilitar la crisis económica, la baja natalidad y la poca conciliación entre vida laboral y familia.
3- Analicemos por último la violencia de género. Habría que decir que ésta se reduce considerablemente a mayor fomento de la autonomía, tanto a un nivel puramente psicológico, como a nivel social, económico…de la mujer.
Una mujer culta, que exige igualdad en la relación de pareja y con autonomía económica es mucho menos proclive a sufrir violencia de género.
Sin embargo el marco de dependencia de la mujer con respecto al hombre que proponen con el modelo de familia tradicional no hace sino fomentar si cabe la violencia de género.
Siempre ha habido violencia de género, lo que ocurre es que estaba oculta en el seno del ámbito familiar. Quizás las victimas serías menores, porque en el modelo tradicional de familia, es decir la que defienden estos sectores, la mujer no podía escapar de la misma, su única solución era la de aguantar en una situación casi de esclavitud con el opresor.
Por último hablan del genocidio que va a suponer la ampliación de la ley del aborto con la eventual ley de plazos.
El aborto como mal menor nadie lo quiere.
Pero es cierto que la vida humana no tiene valor en sí, si no va acompañada de calidad de vida. Este es el concepto éticamente defendible.
Los hijos no pueden venir al mundo de cualquier manera.
Como profesora que soy, me doy cuenta de la cantidad de niños que no debieran haber venido al mundo.
La responsabilidad de los padres es fundamental y ellos deben ser consecuente con el hecho de tener un hijo.
Desde ahí el gobierno socialista debe tener ya la valentía para llevar a cabo la reforma legal de la ley de plazos y más cuando los sectores católicos intransigentes a través de sus fiscales y jueces están empezando a penalizar a los profesionales de las llamadas clínicas abortivas” .
¿Qué es lo que pretenden entonces estos sectores católicos? Ni más ni menos que no admiten excepción alguna para la práctica del aborto, aun cuando esté en peligro la vida de la madre. ¿Es esto humano? Sin embargo me viene ahora a la mente que hipócritamente la Iglesia permitió el aborto de varias monjas embarazadas que habían sido violadas en África en la época de enfrentamientos entre humus y tutsis en Ruanda.
Es urgente que adoptemos ya el
sistema internacional de protección de derechos humanos, el cual considera que se violan los
derechos fundamentales de las mujeres cuando se prohíbe el aborto en los cuatro supuestos contemplados. De esta manera se vincula el aborto con el derecho general a la libertad de la mujer, y a su libertad reproductiva.
En los últimos tiempos, los más importantes organismos de protección de derechos humanos han abogado por la despenalización del aborto al considerar que su prohibición viola los derechos humanos de las mujeres. Entre otros, se encuentran la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (
CIDH), la
Corte Europea de Derechos Humanos,
Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas (
CDHNU), la
Organización Mundial de la Salud (
OMS) y
Amnistía Internacional (
AI).
En definitiva,
¿Qué familia pretenden?
Esta claro que una familia cargada de hijos. Sólo soportable, hoy día con una mínima calidad de vida, por familias con estatus socioeconómico medio-alto o alto y donde la mujer es la gran marginada, ya que su labor sólo quedaría supeditada a la procreación y al papel de madre y de ama de casa. Sin ninguna posibilidad de integración sociolaboral ni cultural.
A no ser que disponga de grandes medios económicos y puedan tener asistentas que le sirvan como crías de niños y asistentas domésticas.
El varón de nuevo se vería favorecido alcanzando de nuevo el poder patriarcal que le está siendo en gran parte arrebatado.
Es decir la familia cristiana propuesta pos estos círculos católicos, no nos engañemos en todo caso esta diseñada para los sectores más pudientes de la sociedad.
¿Alguien ha visto verdaderos cristianos en Colón? Lo siento pero yo no... El sentimiento cristiano es incompatible con lo visto, lo dicho y la verdadera intención del acto. Lamentable una vez más, pero no hay más ciego que el que no quiere ver...
Siguiendo el barómetro del CIS de los 38,2 millones de habitantes mayores de 18 años en 2008 hay 28,1 millones que se definen como católicos. Pero los católicos practicantes los que van a misa casi todos los domingos y festivos sólo son 4 millones.
Como resulta que en la Plaza de Colón estaría la inmensa mayoría de los católicos más reaccionarios (ellos estiman que estuvieron casi 1 millón). Se puede decir que estos representan a una minoría (sólo el 25% de los católicos practicantes).
Por cierto la pretendida situación catastrófica, en cuanto a crisis de valores de la sociedad española (entre los que está los del modelo de familia es percibido solamente por el 1,7 % de la población española como el principal problema que existe actualmente en España. Es decir unas 800.000 personas piensan así, que es más o menos curiosamente la misma cantidad de los que fueron a la Plaza de Colón. (Barómetro del CIS noviembre de 2008)