Soy parte de tu mundo

BARCELONA.- 'Soy parte de tu mundo' es el lema que pretende concienciar a la sociedad sobre la existencia de personas transexuales. Un documental que narra los recorridos vitales de siete miembros de este colectivo pretende sensibilizar a los profesionales del ámbito social, sanitario y jurídico de su derecho a recibir un trato igualitario.
Laura Vilar recuerda como uno de los momentos más importantes de su vida fue el día que recibió su carné de identidad, en el que constaba como mujer. Hasta que llegó ese momento, esta mujer de 53 años tuvo que pasar por experiencias muy duras como el día en el que le reclamaron para hacer el servicio militar o cuando sufrió el desprecio de toda su familia.
Desde la asociación sin ánimo de lucro Àmbit Prevenció se ha realizado este documento audiovisual en el que las protagonistas narran una trayectoria llena de obstáculos. Linette Philips llegó hace tres años a España y relata cómo, el día que tuvo que abrir una cuenta bancaria, acabó discutiendo con la persona que le atendía porque le "discriminó por su condición".
Mediante experiencias como las de Laura y Linette se pretende mandar un mensaje para que se considere a los transexuales como al resto de hombre y mujeres. Sara Ortega reclama comprensión, es clara en su protesta: "Existimos, somos parte de esta sociedad".
La presentación de estas vidas muestra la marginación, la discriminación y la exclusión social que sufren los transexuales en diferentes ámbitos de su vida. Los relatos de Laura, Bibian, Alondra, Carla, Linnete, Viviane y Sara sirven para aproximar las posiciones entre este colectivo y los agentes sociales.
Conseguir un trabajo es un paso imprescindible para la plena integración de todo ser humano. Para los transexuales ese momento está rodeado de dificultades. La familia de Laura tenía cinco tiendas de electrodomésticos y nadie le dio trabajó porque iba vestida de mujer. "Todos somos iguales a la hora de desempeñar un trabajo", sentencia Bibian Diaz.
Una campaña sin intenciones de provocar ni llamar la atención. Unos testimonios sencillos y llenos de sensibilidad con un reclamo esencial para todas las personas: "Tu mundo y mi mundo deberían ser el mismo".