VIDEOS

CONOCENOS

DOCUMENTOS

PRENSA

lunes, 26 de junio de 2017

El Stonewall que se celebra en Barcelona

Hoy se conmemoran 40 años de la primera manifestación por la liberación LGBTI del Estado, celebrada en Barcelona. La llama que encendió un movimiento político que se había iniciado a principios de 1970 contra la ley sobre Peligrosidad Social franquista

La manifestación recorrió desde el monumento de Colón hacia arriba la Rambla de Barcelona el 26 de junio de 1977 a las 19:30 horas, hoy hace 40 años
“No teníamos miedo porque no teníamos derechos, por eso salimos a la calle e hicimos nuestro propio Stonewall". Mar Cambrollé, presidenta de la Asociación de Transexuales de Andalucía, todavía se emociona cuando ve imágenes de la manifestación que recorrió desde el monumento de Colón hacia arriba la Rambla de Barcelona el 26 de junio de 1977 a las siete y media de la tarde, hoy hace 40 años. Ella fue una de las cerca de 5.000 personas que participaron en la que fue la primera manifestación LGBTI de España, convocada por el Frente de Liberación Gay de Cataluña (FAGC), ya la que asistieron también miembros de sindicatos, colectivos feministas, partidos políticos de la izquierda o movimientos vecinales.

El lema de la manifestación era "Por una sexualidad libre, derogación de la ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social", una norma aprobada en 1970 por las Cortes Franquistas en sustitución de la Ley de"vagos y maleantes" , que establecía penas de hasta cinco años de prisión e internamiento en "centros especiales" para las personas que "practicaran la homosexualidad". 
 
Mar Cambrollé, presidenta de la Asociación de Transexuales de Andalucía y de la Plataforma Trans
Ese día, se llamaron también eslóganes como "Libertad, Amnistía, Estatuto de Autonomía", "Derecho al propio cuerpo" y " Detrás de las ventanas també hay lesbianas; Detrás de los balcones, también hay maricones ".

Al final de la manifestación, se formaron barricadas -con sillas de las paradas de las Ramblas y la policía cargó contra las manifestantes, con un balance de cinco personas heridas y una detenida. A pesar de la represión, esta manifestación tuvo mucho eco en los medios de comunicación y fue la mecha que propagó la llama del movimiento de liberación sexual y de género en todo el Estado español, propiciando la creación de otros colectivos y movilizaciones en el resto de territorio. La chispa de esta revuelta, sin embargo, ya había comenzado siete años antes.

1970-75: primeras acciones del movimiento gay clandestino

En 1970, cuando se presentó el anteproyecto de la ley de peligrosidad y rehabilitación social en las Cortes franquistas, algunas personas decidieron no quedarse calladas. "Los gays y lesbianas éramos para la sociedad un peligro y unos corruptores de menores por definición; para la medicina, unos enfermos mentales; para la religión, los peores pecadores. Es difícil transmitir a la juventud actual lo que suponía ser gay o lesbiana en aquella época. Por ello, cuando se presentó la ley, decidimos que no nos podíamos quedar de brazos cruzados ", recuerda Armand de Fluvià, de 85 años, cofundador del FAGC y militante histórico del movimiento gay en Barcelona y en todo el Estado.

De Fluvià, junto con su compañero en la época, Francisco Francino, y otros activistas gays, escribieron cartas sin remitente y firmadas con nombre falso dirigidas a los obispos que eran procuradores a las Cortes franquistas, apelando a que no aprobaran la ley y adjuntando documentación y fanzines de temática homosexual. Después de varios envíos, la prensa se hizo eco y se consiguió que se suavizara el apartado de la ley que decía que se condenaría a los homosexuales por el simple hecho de serlo, especificando que se perseguirían a aquellas personas que " probadamente realizaran más de un acto de homosexualidad ".
 
"Cuando se presentó la ley, decidimos que no nos podíamos quedar de brazos cruzados", recuerda Armand de Fluvià, de 85 años, cofundador del FAGC y militante histórico del movimiento gay en Barcelona y en todo el Estado
 Esta sería la primera acción organizada del incipiente movimiento de liberación gay. A raíz de ello, se creó el Movimiento Español de Liberación Homosexual (Mehl), que se dividió en seis comisiones de unas diez personas que se reunían semanalmente y de forma clandestina en diferentes pisos de Barcelona. Una de las comisiones fue la encargada de diseñar la revista política y cultural Aghois (Agrupación Homosexual para la Igualdad Sexual), que desde 1972 y durante 18 números se enviaba a París, desde donde el filósofo y activista gay André Baudry (creador de la revista gay francesa Arcadie 1954) la reenviaba a las personas suscritas ya algunos intelectuales progresistas de la época. El ministro de Asuntos Exteriores español, Laureano López Rodó, logró -mediante presiones de la embajada española en el Estado francés- que se dejara de enviar el fanzine desde París el año 73. "Debía pensar 'se' ns sublevan a los obreros, se nos sublevan a los estudiantes ... y ahora también los maricones! ' Tuvo que intervenir ", recuerda de Fluvià. La revista continuó enviando desde Suecia, gracias a la ayuda del editor sueco de una revista pornográfica.

Tras la muerte de Franco en 1975, el Mehl se disolvió y nació el Frente de Liberación Gay de Cataluña (FAGC), que se centró en sus inicios en reclamar la derogación de la ley franquista de Peligrosidad y Rehabilitación Social.

Terapias aversivas y destierro

La ley de Peligrosidad Social supuso la creación de unos tribunales especiales con unos jueces especiales para los casos de "actos de homosexualidad". Se crearon dos prisiones -llamadas "centros de rehabilitación" - en Badajoz y Huelva. "Decían que a una iban a parar los homosexuales de nacimiento 'y en la otra los homosexuales por vicio ", recuerda De Fluvià. Allí, por "convertirlos" en heterosexuales y "rehabilitarlos" los hacían hablar con sacerdotes y psiquiatras y los sometían a terapias de aversión, con la aplicación de electroshocksasociados a estímulos homosexuales. También había módulos especiales en la mayoría de prisiones grandes del Estado para presos homosexuales o trans, como la Modelo de Barcelona, la de Valencia, la cárcel de Carabanchel o la de Ocanya.

Se calcula que hasta 5.000 personas -especialmente hombres gays y trans; sólo se conoce el caso de una lesbiana, un colectivo mucho más invisibilizado en la época- fueron detenidas y más de mil fueron encarceladas de acuerdo a esta ley, aunque las cifras son aproximadas.Además, una vez salían del internamiento les prohibía residir en su provincia y debían presentarse periódicamente ante delegados especiales, que finalmente fueron miembros de la policía y la guardia civil.
La ley tenía un claro sesgo de clase, ya que se encarcela mayoritariamente gays y trans pobres. En el caso de trans y travestis, la represión fue muy fuerte. "Las personas trans sufríamos un desarraigo familiar más acusado, una exclusión laboral completa, en muchos casos no podíamos seguir estudiando y la mayoría nos dedicábamos a la prostitución para sobrevivir", señala Mar Cambrollé. "La identidad de género se confundía con homosexualidad, y además las personas trans somos mucho más visibles, por lo tanto pagamos un precio más alto. Conozco casos de travestis y trans que se han suicidado tirándose por las galerías de las cárceles por no soportar más los malos tratos ", añade Cambrollé.

En enero de 1979 se eliminaron los artículos de la ley referentes a los actos de homosexualidad, pero todavía en 1978 se aplicó oficialmente a tres personas. Cuando se decretó la amnistía a presos políticos de 1976, no se incluyó ninguna de las personas que habían sido juzgadas según esta ley. No fue derogada completamente hasta el 23 de noviembre de 1995.

1975-80: nace el FAGC y el primer colectivo de lesbianas

En 1975, se empiezan a hacer los Capuchinos de Sarrià las asambleas constituyentes de un nuevo movimiento gay heredero del MELH: el FAGC, donde empezaron a militar más de un centenar de personas. "Después de muchas discusiones, creamos un primer manifiesto unitario del colectivo que reunía amplias sensibilidades: el FAGC había comunistas, troskista, socialistas, anarquistas, independentistas o liberales de izquierda", apunta Armand De Fluvià. En estos primeros encuentros, también se empezó a organizar la primera campaña contra la ley de Peligrosidad Social que tendría como punto álgido la manifestación del 26 de junio.

Aunque el FAGC era un movimiento formado sólo por hombres gays, al calor de su creación nació el primer colectivo de lesbianas de España. "A mediados de junio del 77, cuando tenía 18 años, contacté con el FAGC para preguntar si había chicas cercanas a la organización, y me pasaron una lista mecanografiada con el nombre de treinta mujeres que habían estado en relación con el colectivo ", explica Maria Giralt, cofundadora del primer colectivo de lesbianas y actualmente directora de la televisión GaylesTV. "Las llamé una a una y conseguí convocar debe al antiguo Cine Cataluña de Plaza Cataluña. De ahí nació el primer colectivo de lesbianas que se organizaba en España, y asistimos a la manifestación del 26 de junio ", recuerda.

El colectivo se presentó públicamente el 3 de diciembre del 77, en un acto multitudinario en los cines Niza, en el barrio barcelonés de la Sagrada Familia, organizado junto con el FAGC y la Coordinadora Feminista y con el apoyo de 25 entidades y partidos políticos . "Fue el primer momento que se dio visibilidad pública a un colectivo de lesbianas. Siempre hemos sido más invisibilizadas: esto fue en parte una ventaja en ese momento, porque no se nos aplicó prácticamente la ley de Peligrosidad Social; pero a la vez nos ha perjudicado enormemente, ya que, aunque 40 años después, cuesta visibilizar seleccionados y que las mujeres lesbianas salgan del armario ", apunta Giralt.

A la manifestación también tuvieron un rol protagonista un grupo de mujeres trans y travestis que coger la pancarta de la cabecera del FAGC y se pusieron al frente de la marcha. "Es impresionante ver el acto de valentía de aquellas mujeres trans, que se quedaron firmes aguantando la pancarta cuando la policía cargó. En aquella época el movimiento LGBTI éramos un bloque unitario contra el fascismo ", señala Mar Cambrollé, que entonces aún no había iniciado su proceso de transición. "Más adelante, hay que reconocer que los beneficios de las luchas no han sido bien repartidos: ha habido un abandono y una inacción durante estos últimos años en cuanto a las reivindicaciones trans dentro del mismo colectivo LGBTI. Hay que hacer autocrítica honesta ", añade Cambrollé.

La LGTBI-fobia y la memoria, asignaturas pendientes

40 años después de la primera manifestación y 47 desde el inicio del movimiento, son muchos los triunfos de la lucha por la liberación LGBTI. La legalización de los colectivos, la derogación de la ley de peligrosidad social, la ley del matrimonio igualitario, las leyes autonómicas contra la LGBTI-fobia, la legislación que propone nuevos modelos de salud para las personas trans o pactos para luchar contra el VIH y el estigma. "A nivel legal hemos conseguido una situación muy favorable", afirma Armand de Fluvià. "La lucha ahora debe ser contra la LGTBI-fobia, y eso quiere decir cambiar las mentes de la gente. Por eso hemos de incidir en las dos grandes correas transmisoras de la ideología dominante: la enseñanza y los medios de comunicación ", añade.

Maria Giralt apunta también a poner fin a la LGBTI-fobia en el mundo laboral: "Hay muchas personas en el armario en sus empresas. Hay parejas que se casan y dejan perder los 15 días que les corresponden por el viaje de bodas para no tener que decir que son homosexuales. Hay que incidir en este ámbito y continuar estando alerta; ya que las leyes, al igual que se hacen, se pueden deshacer ", apunta Giralt.



A la manifestación también tuvieron un rol protagonista un grupo de mujeres trans y travestis que coger la pancarta de la cabecera del FAGC y se pusieron al frente de la marcha

Otra asignatura pendiente del movimiento es trabajar para visibilizar una memoria histórica propia. "Sólo tenemos la glorieta en homenaje a Sonia , la tantos asesinada en la Ciutadella, y un trocito de patio interior con el nombre de Lesbos. No hay prácticamente un reconocimiento visible en la lucha LGBTI en las calles ", señala Eugeni Rodríguez, portavoz del FAGC y presidente del Observatorio contra la Homofobia. "Hacen falta referencias explícitas al nomenclátor de las calles y plazas al movimiento LGBTI. La buena noticia es que, por primera vez en Cataluña, se creará el primer monumento en reconocimiento a las activistas y entidades LGBTI que han hecho posible nuestros derechos. Será el próximo 22 de julio en Ripollet ", avanza Rodríguez.


Mar Cambrollé ve claro uno de los motivos por los que no hay una reivindicación firme de la memoria histórica del movimiento. "La izquierda tradicional se avergüenza de que antes de los años 80 no habían asumido las reivindicaciones del colectivo LGBTI; sólo la izquierda más radical nos apoyaba ", opina Cambrollé. "Ahora todos los partidos se pelean por coger la bandera arco iris, pero no explican nunca que hubo militantes de sus partidos que estuvieron en el armario o fueron discriminados. Es una vergüenza política que cuesta asumir ", añade la activista.

"El paso ahora es pasar de defender los derechos a trabajar por las libertades", apunta Eugeni Rodríguez. "Tenemos que conseguir visibilizar seleccionados en el espacio público y en las calles como y cuando queramos, sin sentirnos inseguras", añade. Como el 26 de junio de 1977, la visibilidad y la lucha en la calle por la liberación sexual y de género siguen siendo una prioridad.




No hay comentarios: