Muchas familias disfrutaron ayer del buen tiempo en el Parque de Mataleñas. Mientras los niños jugaban entre el verde sus padres y madres debatían sobre su futuro y la forma de hacerse más visibles en una sociedad que ha tardado 30 años en reconocerlos. Y es que Santander acoge estos días el I Encuentro de Familias Homoparentales en el que participan 40 parejas del mismo sexo procedentes de Baleares, Andalucía, Madrid, La Rioja, Valencia, el País Vasco y Cataluña con sus 15 hijos menores de nueve años.La reunión, auspiciada por la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (Felgtb), está organizada por la Asociación de Lesbianas y Gais de Cantabria (Alega) aunque no asiste ninguna familia homoparental de esta región.Ayer fueron visitados por algunas autoridades, el delegado del Gobierno en Cantabria, Agustín Ibáñez; el vicerrector de Estudiantes de la Universidad de Cantabria, Emilio Eguía; la directora general de Juventud del Gobierno de Cantabria, Eugenia Gómez de Diego: el presidente del Consejo de la Juventud en Cantabria, Javier Palazuelos y la concejala de Igualdad, Familias y Bienestar Social del Ayuntamiento de Santander, Isabel Gómez Barreda, que aguantó estoicamente duras críticas hacia su partido, el PP.También apoyó a estas familias el subdirector general de Familias del Ministerio de Trabajo, Félix Barajas que subrayó que la ley de matrimonios homosexuales aprobada en 2005 ha supuesto «un paso en el camino a la tolerancia, el pluralismo y la libertad, de modo que da carta de naturaleza a las familias homoparentales , una realidad preexistente a la que con anterioridad se le habían negado derechos».Barajas también anunció la voluntad del Gobierno de la nación de «apoyar a todas las familias sin purismos ni exclusiones».Pero las verdaderas protagonistas fueron las familias y sus hijos, que ajenos a todo correteaban por el parque. Marisol Galobardes y María Viñola llegaron a Santander con sus tres hijos desde Barcelona. Fueron muy solicitadas tanto por el resto de asistentes como por los periodistas pues no en vano son pioneras en la adopción e incluso llevaron la negativa del Registro Civil a inscribir los hijos de ambas como hijos de la pareja hasta el Tribunal Constitucional.Aseguran que la lucha ha sido dura hasta que en 2005, aprobada la ley del matrimonio homosexual, pudieron casarse. Ahora se sienten «superfelices» aunque sienten, como el resto de familias, que todavía son invisibles para un sector de la sociedad.Igualdad «a cachitos»Antonio Poveda, de la Felgtb, insistió en que las parejas homosexuales y sus hijos quieren una «igualdad completa y no a cachitos», y reclamó a los partidos políticos que se comprometan con la defensa de los derechos de todas las familias, en plural, y no solo de las tradicionales.Para Poveda la ley de 2005 les proporciona igualdad legal, pero «hasta que el Partido Popular no retire su recurso contra esta ley no nos sentiremos iguales que el resto. Parece que quieren que nuestros hijos no tengan derechos. Para nosotros, nuestras familias también son sagradas y además no somos estériles», aseguró.En todo caso, enfatizó que los colectivos homosexuales españoles y, en concreto, la Felgtb piensan seguir peleando por la protección de sus hijos, para que sus derechos sigan adelante y, sobre todo, por la visibilidad de las familias.
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