Aconsejan observar el comportamiento de niños, evaluar si existen conductas repetitivas y evitar correcciones severas.
Felipe (nombre que se corresponde al sexo y género asignado al nacer), no se divierte como otros niños. Cuando está con las
muñecas las peina, las cuida. Tararea y canta las canciones de los personajes
femeninos que admira de la televisión. Dice que es una princesa… Se siente
niña.
Esto es parte del primer cuento para niños o niñas que podrían ser
transexuales, elaborado en Ecuador por la Asociación Silueta X de Guayaquil.
La historia de este personaje se proyecta en la computadora
de la activista transfemenina Diane Rodríguez, su autora. Los motivos para
escribirla son muchos. En parte es su propia vida, pero particularmente se basa
en la historia de una pequeña de 6 años.
Sus padres pidieron que sea evaluada por la asociación ya
que desde los 4 años le gustan las muñecas y ver series de princesas. En su
casa no tiene privaciones, sus padres lo comprenden. El problema es la escuela.
Según el DSM-V, el Manual diagnóstico y estadístico de
trastornos mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría, la disforia de
género “es el desajuste psicológico derivado de la incongruencia entre el
género asignado a la persona en el momento del nacimiento por su apariencia
sexual y el sentimiento personal de ser hombre o mujer”.
Andrés siente lo mismo que Felipe pero alrevés. Su nombre de
nacimiento es Andreína, pero a los 13 años decidió cambiar la pollera por
pantalones y cortó su melena al ras. En junio del año pasado comenzó una
terapia de hormonas para marcar rasgos más varoniles. Su voz cada vez es más
grave y falta poco para que empiece a crecerle vello facial.
A sus 19 años, Andrés decidió presentar una queja ante la
Defensoría del Pueblo para que respeten su identidad como
"transmasculino" en el colegio nocturno donde cursa el décimo año.
El pasado lunes logró que en el plantel aceptasen su
identidad de género masculino; hiciera la fila y usara el baño de hombres, y
que sus maestros asistan a programas de sensibilización en derechos, con
énfasis en identidad de género y orientación sexual.
Para Andrés, el cuento de Diane Rodríguez es una
oportunidad de romper la discriminación y la intolerancia.
La psicóloga y sexóloga María de los Ángeles Muñoz explica
que la transexualidad es una condición natural y puede
empezar a manifestarse en la infancia, entre los 6 y 8 años, cuando los menores
tienen más claridad de sus sentimientos y empiezan a compararse con otros
pequeños.NOTA: adaptada por ATA-Sylvia Rivera
Fuente: El País
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