El 31 de Marzo se celebra el “Día de la Visibilidad Trans”, quiero
dedicar este día de la visibilidad a todas las niñas y niños que no pudieron
ser visibles porque se les “secuestró” lo más importante en la vida de todas
las personas, el derecho a SER quienes
decían que eran.
Sirva también esta reflexión para la
toma de conciencia de que “todas las
personas transexuales hemos sido menores”. En contextos hostiles,
ignorantes, carentes de referentes y de información, fuimos la generación que
en plena infancia nos golpeó de forma brutal los prejuicios, tópicos y un discurso
médico para el que ni si quiera existíamos.
Gracias a la visibilidad y lucha de
estos menores “maltratados” por un sistema cisnormativo, que han supervivido
superando miles de obstáculos, hoy el paradigma ha cambiado, la información,
los referentes y el activismo, han dotado a las familias, profesionales y
sociedad en general, las herramientas necesarias para que nunca más se repita
la imposibilidad de negar a un menor el derecho a SER.
Esta batalla, está con más fuerza que
nunca, la “TransFormación” de este
mundo es ya un hecho real.
Les comparto este relato de Nina, la
niña que fue “secuestrada”, pero que hoy ha vuelto para gritar al mundo la niña
que siempre fue y ES.
“Mi abuela, viuda de un republicano y
represaliados de la guerra civil vivía con nosotros desde siempre en una
habitación de la casa Camilo una casa de vecinos de las de entonces donde
varias familias teníamos que compartir retrete, ducha y los menos afortunados
la cocina, el patio común para todos era el punto de encuentro donde en verano
al anochecer los vecinos con su sillas formaban corros y charlaban de cosas que
la verdad yo no entendía, cierto es que con seis años se habla en otro idioma.
En la mañana del martes de cada mes mi abuela recibía la paga de viudedad que
se la había conseguido la mujer de un falangista para la que había estado
trabajando como cocinera y limpiadora, cosas de la vida, de esa paga cinco
perras gordas eran para mi, así que ese día le daba más besos y abrazos de los
habituales por si caía algo y si que cayeron, me asome a la plaza que estaba
junto a la casa Camilo frente al cuarte de la bofetá, estaba vacía y en el
kiosco de al lado no había nadie, corrí hacia él y deje caer el dinero en su
mostrador, la persona de dentro me sonrió y me mostró cosas que podía comprar
por ese dinero pero yo ya le había echado el ojo a algo que había mas adentro así
que moví la cabeza de un lado a otro y levante el brazo señalando al fondo, un
bloc de recortables que colgaba junto a otros juguetes, la persona que me atendía
pareció sorprenderse un poco, recogió el dinero arrancó la primera pagina y me
la dio yo hice un pequeño rulo con él y a toda prisa fui a una de las
habitaciones que utilizábamos como salón, cocina y dormitorio ¿ A dónde vas tan
aprisa ? me preguntó mi madre que preparaba la comida yo reduje el paso y
despacio pero con prisa abrí el cajón donde estaban las tijeras, las cogí y me senté
en la mesa camilla donde mi abuela ponía la copa de cisco, abrí el recortable y
empecé a cortar " ten cuidado que te vas a cortar " me decía mi
madre, no, no me corto, que bien me salieron recortadas las figuras, bueno en
algunas me había pasado un poco de la línea de corte pero con lo que pesaban
las tijeras y lo pequeña que tenía las manos aquello había quedado estupendo,
estuve todo el rato probando como encajaban las piezas, la verdad es que se me
voló la mañana. De lejos escuche el ciclomotor de mi padre que venía al medio día
para el almuerzo, dejé todo sobre la mesa y salí a abrazarlo, estaba feliz y
quería que el compartiese ese momento lo cogí del dedo gordo y diciendo mira lo
que he hecho, mira que bien me ha salido papa, prácticamente lo arrastre hasta
la mesa, llevaba una sonrisa de oreja a oreja mira lo he hecho yo y no me ha
ayudado nadie, se soltó de mi mano cogió dos piezas del recortable y muy serio
le preguntó a mi madre ¿ Qué es esto ?, no se estoy con la comida y no me puedo
parar contesto mi madre. ¿ Desde cuándo juega este niño con recortables de
muñecas y vestidos ?, no lo sabía estaba ocupada y no me he fijado, no le des
tanta importancia solo es un recortable contestó mi madre, mi padre me miró de
abajo a arriba y sin retirar la mirada arrasó con todos los papeles que había
sobre la mesa mientras me instruía diciendo que no criaría a un niño como a un
maricón, como el maricón que vivía dos casas más abajo, hizo una bola de papel
y lo tiró a la basura se dio media vuelta y antes de salir me miró de nuevo y
me advirtió " la próxima vez te voy a calentar y estas castigado hasta que
yo lo diga " recuerdo que no podía moverme y que se me nubló la vista, también
recuerdo oír de fondo a mi madre diciéndome que no volviera a hacerlo más, de
lo que ocurrió después no recuerdo pues mi memoria se funde a negro”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario