VIDEOS

CONOCENOS

DOCUMENTOS

PRENSA

jueves, 9 de febrero de 2017

FEMINISMO NO ES TRANSFOBIA


El feminismo es la ideología de un movimiento heterogéneo que se caracteriza por la lucha contra el cisheteropatriarcado y su influencia en las políticas económicas, sociales, culturales y de género. Las mujeres han sido grandes aliadas en las luchas antifascistas, clasistas, racistas, movimiento sindical, inmigración, libertad sexual y del colectivo de lesbianas, gais, trans, bisexuales e intersexuales. Han promovido una gran revolución cultural a través de su crítica constante a la supremacía machista, calando en toda la sociedad y anclando valores de igualdad, solidaridad, sororidad, interseccionalidad e inclusión.

Como fenómeno transformador de cohesión política y social, se fundamenta en principios contrapuestos a la intolerancia, absolutismo, supremacía machista y cisheteropartiacal. Toda fuerza revolucionaria tiene una reacción por parte del orden social que combate. En el movimiento feminista se concreta en una intoxicación e infiltración ideológica que sutilmente reproduce los tics del cisheteropatriarcado.

Estas corrientes que se hacen llamar “Feminismo Radical”, dicen  luchar contra el patriarcado y reclaman la autogestión y empoderamiento de la mujer, cayendo en una gran contradicción; critican la alienación de formas de “opresión” colectivas, dejando invalidadas las voluntades individuales en nombre de un “dogma” de género impuesto por ideólogas desconectadas de las mujeres y realidades oprimidas, hablando desde un academicismo y status de confort lejos de los hogares, puestos de trabajo y clases sociales populares.

“Nosotras parimos, nosotras decidimos”, “mi cuerpo, mis normas”, “decidir nos hace libres”, son frases que abogan por la autodeterminación y empoderamiento de la mujer, no pueden quedar en “consignas” vacías so pretexto de una “moral” de género que vuelva a secuestrar  la libertad y la voz de la mujer, cambiando el sujeto patriarcal de la opresión, que se sitúa no ya en los hombres, sino en unas pocas mujeres que se auto erigen “portavoces” de esta moral que perpetua el mismo patriarcado.

En España  particularmente, las TERfs (Feminismo Radical Trans Excluyentes), por fin se sinceraron, ahora cansadas de tanta ‘corrección política’ dicen sin más lo que siempre han pensado, que es idéntico a lo que han venido diciendo sus antecesoras desde los años 70, todo bien mientras se mantenga el 'nosotras y ustedes’, las mujeres y las trans, considerándolas ‘en realidad’ hombres de nacimiento y sexo “biológico”, o no binarias pero igual ‘hombres’. Siempre borrando la palabra mujeres que se reservan para si mismas desde el supremaCismo.

Esta ideología defendida en paginas como la recién cerrada por transfobia, “Plataforma (Anti) Patriarcado”, se concreta en pedir la exclusión de las mujeres trans de los espacios propios de mujeres, baños, vestuarios, etc.,  alegando inseguridad, ya que consideran a las mujeres trans por haber nacido con penes, “violadores potenciales”. Desgenerizan desde la burla a las mujeres trans, llamándolas; vestidos, hombres operados y hormonados. Desde aquí les recuerdo a estas “talibanas” del género que el sexismo cromosomático no es feminismo, es patriarcado rosa. Que “meterse” en las entrepiernas de las mujeres trans, sin consentimiento es una violación.
Las Mujeres Feministas no violamos. El machismo, las terfs y el patriarcado si violan.

Toda esta incitación al odio que se fomenta en Internet, sirve para justificar las agresiones, asesinatos y violación de DDHH, que se suceden en las calles, escuelas y centros de trabajo.

Esta incitación al odio propia de la ultraderecha política y religiosa, también supone una confrontación con diferentes normas y leyes que en España garantizan la igualdad, la equiparación en derechos y el respeto a la identidad libremente sentida, por lo que puede ser constitutivo de delito de odio.

Las mujeres hemos de condenar el uso del feminismo para justificar el odio, la transfobia, el biologicismo, el genitalismo, el cisexismo y otras prácticas patriarcales. Negar las identidades trans, es violencia de género.

Mar Cambrollé