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jueves, 23 de enero de 2014

POR LA GESTA EUROPEA AL NOMBRE PROPIO

Soy Mar Cambrollé Jurado. Cambrollé y Jurado me apellido desde que  nací pero, para llegar a conseguir que la sociedad y las instituciones me llamen Mar, he tenido que luchar por el derecho a decidir sobre mi género, mi identidad, mi propio cuerpo y mi felicidad. No he luchado sola, lo he hecho siempre al lado de la sociedad civil y de las personas transexuales, lesbianas, gais y bisexuales.

No ha sido fácil. Crecí en un barrio obrero de Sevilla inundado de pobres provenientes de los pueblos que llegaron al aluvión de la industrialización de la década de los 60. Siempre tuve conciencia de clase, pero siempre supe que también era diferente a los de mi clase social.

Conquistamos la democracia, aunque la derogación de la Ley de Vagos y Maleantes no llegó hasta ya bien entrada la democracia. Los derechos de las personas transexuales y homosexuales siempre llegan más tarde que los del resto. En 1976, junto a otros compañeros y compañeras, conseguimos organizar el Frente de Liberación Homosexual en Andalucía.

Y logramos derogar las utopías. Reunimos en una manifestación a 3.000 personas en la muy conservadora Sevilla de los albores de la Transición. Y colgamos una bandera gigante de lo alto de La Giralda pidiendo el fin de la Ley que nos maltrataba por ser diferentes. Por amar a personas de nuestro mismo sexo. Por ser mujeres con un DNI que decía que no lo éramos.

Pedimos el fin de la discriminación laboral, políticas de salud para las trabajadoras del sexo, derechos laborales y derecho a nuestro propio cuerpo, libertad para ser y sentir lo que cada uno era. Pedíamos la democracia que, ahora, los poderes financieros y una Europa de rodillas a la bancocracia nos quieren arrebatar.

Puesto que nadie me daba empleo salvo la prostitución, creé mi autoempleo para ser libre de la discriminación. No tengo titulación universitaria, pero no soy analfabeta. He estudiado, leído y asistido a infinidad de congresos para formarme y aprender a defender mis derechos que son los derechos humanos de las personas transexuales y homosexuales.

En 2007, con un grupo de compañeras andaluzas creamos la Asociación de Transexuales de Andalucía (ATA). El objetivo seguía siendo el mismo: conquistar el derecho a nuestro nombre propio. Conseguimos la Ley de Identidad de Género y la posibilidad de que dos personas del mismo sexo se puedan casar en igualdad de derechos y dignidad que las personas heterosexuales.

En Andalucía, hace unos días, tras un arduo trabajo y no sin dificultades, hemos conseguido registrar en la Cámara autonómica la que será la Ley Integral de Transexualidad más avanzada de Europa. Ha sido gracias a una mayoría parlamentaria progresista pero, sobre todo, esa ley es fruto del trabajo de la sociedad civil y de la ciudadanía organizada que es consciente de sus derechos y los reclama.

Es cierto que las personas transexuales y homosexuales españolas hemos conseguido la igualdad legal y estamos cerca de la igualdad real, pero eso no puede llevarnos a relajarnos. La igualdad y la libertad son universales. O las disfrutamos todos los seres humanos o nadie será libre ni igual. Por ello, mientras para una sola persona siga siendo
una heroicidad la lucha por su nombre propio, la lucha por la igualdad y la libertad estarán inacabada.

En la UE se siguen dando situaciones de discriminación que deberían avergonzarnos a las europeas y europeos y movilizar toda la acción política de las instituciones comunitarias. En el territorio que presume de ser un espacio de libertad, se dan casos de países que niegan el asilo político a personas transexuales u homosexuales que vienen huyendo de lugares donde ser diferente cuesta la vida o la cárcel.

La Europa de la ciudadanía no se puede construir sin las personas homosexuales y transexuales. Si llego a ser eurodiputada, lucharé para que el Consejo Europeo saque del cajón la Directiva Horizontal Contra Múltiples Discriminaciones que evitaría que transexuales y homosexuales europeos sigan siendo maltratados o discriminados impunemente.

Del mismo modo que la Comisión Europea actúa cuando un país incumple el acervo comunitario en materia de libertad de empresa o de capitales, la UE no puede seguir guardando un vergonzoso e infame silencio cuando son las personas transexuales y homosexuales quienes ven limitadas sus libertades.

Por eso me presento a las primarias ciudadanas de Izquierda Abierta. Para ser eurodiputada. Seré una eurodiputada transexual, feminista, del Sur, de izquierdas, europeísta y solidaria con cualquier persona que aún no sea libre para acceder a la gesta de su nombre propio.


Te pido el voto si eres un ciudadano o ciudadana comprometida con las ideas de progreso. Si eres militante de Izquierda Abierta, además del voto, te pido que me avales para poder trabajar en el Parlamento Europeo por el derecho a la gesta del nombre propio de miles de ciudadanos y ciudadanas europeas que gozan de menos libertad y derechos que billetes de 5 euros.

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