No existe una
legislación que autorice la modificación del nombre y del género de los
menores trans. La decisión depende del juez titular del Registro Civil
Solo 20 menores han conseguido cambiarse el nombre. "El 90% de las peticiones se deniegan"Sara -antes Hugo- tiene 9 años y ha logrado cambiar su nombre. "Una de los peores momentos es cuando la llamaban en la consulta del médico", dice su madre a eldiario.es
Sara ya
enseña su DNI orgullosa. El verano pasado comenzó su tránsito social.
Desde que era un bebé, en casa se identificaba como una niña pero en el
colegio seguía siendo Hugo. Al irse de vacaciones a Oporto el año pasado
sus padres aprovecharon que no conocían a nadie para ver cómo se sentía
al salir a la calle vestida como una chica. "Enseguida nos dijo que
cuando llegásemos a Lugo siguiésemos así. Que nunca más volvería a ser
Hugo, que esa persona no tenía nada que ver con ella", relata Cristina
Palacios, madre de esta niña gallega de 9 años.
Después del verano, volvía a clase por primera vez siendo Sara.
Comenzaba cuarto de primaria reafirmando su identidad sexual, en el
colegio no hubo ningún problema y tanto sus compañeros como sus
profesores no pusieron obstáculos a su decisión. "Los niños le dicen que
ya no les sale el nombre anterior porque ven físicamente a una chica",
continúa su madre.
Sin
embargo fuera de su entorno de confianza la comprensión no ha sido la
misma. Por ejemplo, en su documentación oficial Sara seguía siendo Hugo.
"Se crean situaciones humillantes, una y otra vez se está mostrando esa
condición de persona transexual". Las madres de estos menores coinciden
en señalar que la consulta del médico es uno de los momentos más
incómodos para estos jóvenes: "Estás esperando y, de repente, te llaman
por un nombre que no está asociado a tu género. Las miradas del resto de
niños son inevitables".
Para evitar esas incomodidades, la madre de Sara solicitó oficialmente el cambio de nombre, en febrero presentó un requerimiento en el Registro Civil
y un mes después se lo confirmaron. Así se convertía en el primer caso
autorizado en Galicia. Por ahora, según han confirmado a eldiario.es, la Dirección General del Registro no tiene datos oficiales del número de jóvenes trans que han podido modificar su nombre.
Según Chrysallis (Asociación de Familias de Menores Transexuales) en
España solo hay 20 jóvenes que lo han conseguido, señalan que la mayor
parte de las respuestas de las que tienen constancia son positivas.
En España no existe una legislación que ampare a los menores trans que
quieren cambiarse el nombre. A partir de los 18 años lo podrán solicitar
gracias a la Ley de Identidad de Género –que se aprobó en el 2007.
Hasta entonces, las familias tienen que aferrarse a la Ley del Registro Civil de 1957,
deben de presentar documentación que demuestra que son personas
transexuales – informes psicológicos – y que el nombre que solicitan es
el que utilizan normalmente. En la argumentación que entregan explican
que si no se les autoriza se vulnera el artículo 54 de esta normativa,
que establece que quedarán prohibidas las denominaciones que
"perjudiquen a la persona". Aunque, en este caso la legislación es
contradictoria porque también recoge que no se autorizarán los nombres
que "induzcan a error en cuanto al sexo".
Por eso, la decisión final depende de la interpretación que realice de
esta ley el juez titular del Registro Civil. "Hay magistrados que
entienden que no es admisible que haya personas que se tengan que llamar
con un nombre que no se corresponde con su identidad sexual", explica
Javier Maldonado, abogado de la asociación Chrysallis. En estos casos sólo se cambia el nombre, la referencia del género sigue siendo la misma que se le asignó al nacer.
El último cambio de nombre aprobado ha sido el de Daniel, un madrileño
de 11 años, que comenzó hace tres su tránsito social. A su madre se lo
comunicaron la semana pasada, y cuando le leyeron el auto que lo
confirmaba se echó a llorar: "Mi hijo ha sufrido mucho cuando le han
llamado por el nombre que le pusimos al nacer, se enfada y es una
situación horrorosa", apunta. Sin embargo, hay otros jueces que
argumentan que el cambio de nombre "induce a error" y no aprueban el
requerimiento. Este es el caso del magistrado titular del Registro Civil
de Sevilla, según explica María Orellana, vicepresidenta de Chrysallis
en Andalucía, "ha denegado todas las solicitudes".
Cambio de legislación
Para evitar estas desigualdades, las asociaciones solicitan al gobierno
un cambio de legislación que equipare los criterios y que ampare a
todos estos menores, que "no sea obligatoria la inscripción del sexo de los
bebés cuando nazcan" o que los niños y adolescentes trans, que están
realizando el tránsito de cambio de género en el colegio, "puedan
acceder a cambiar la documentación".
Que les denieguen la modificación del nombre marca el carácter de estos
jóvenes. "Hasta que consiguen la autorización están cargando con un
peso. Intentan que no se note y que no se sepa. Viven una doble vida.
Algo muy duro y doloroso para un menor", apunta la madre de Sara. Este
verano será especial para Sara y Daniel, han conseguido desprenderse de
esa carga. Por primera vez podrán irse de vacaciones, viajar en avión y
enseñar su documentación como cualquier otro niño, sin tener que dar
explicaciones sobre su identidad sexual.
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