Con el lema “la transfobia perjudica seriamente tu salud y la mía”
varias ciudades del Estado Español se suman a la convocatoria en el Día
mundial por la DespatologizaciónTrans, iniciada por la Campaña Stop
Trans Pathologization.
El reciente asesinato de la luchadora Diana Sacayan en Argentina
conmocionó al movimiento LGTBI a nivel mundial. Diana fue una férrea
militante y referente dentro del activismo por la diversidad sexual. Su
muerte se suma a la de miles de personas transexuales que son asesinadas
cada año fruto de la violencia y discriminación transfóbica.
También en el Estado Español es alarmante el aumento de agresiones
por motivos homófobos o transfóbicos. Aproximadamente un 40% de los
delitos de odio se dan por razones de discriminación por orientación
sexual o de identidad de género. Eso sin contemplar la gran cantidad de
casos que no llegan a denunciarse.
Este tipo de agresiones son la expresión más trágica de una larga
cadena de opresiones a las que se ven sometidas las personas trans,
constantemente estigmatizadas y discriminadas desde pequeñas en la
escuela, y posteriormente en el mercado laboral y otros contextos
sociales. Todo ello con la complicidad de un sistema y una violencia
estructural que les sigue calificando y patologizando como
’trastornados’.
Una ley de identidad de género que sigue patologizando la transexualidad
En el Estado Español la actual ley de identidad de género fue
aprobada durante el Gobierno de Zapatero en el año 2007. Esta ley
permitió a las personas trans mayores de edad poder cambiar el nombre y
sexo de su DNI sin la necesidad de operarse ni de un procedimiento
judicial.
Sin embargo, para poder acceder a ello sigue siendo necesario el
diagnóstico de un médico y/o psiquiatra de la nombrada “disforia de
género”, a la vez que se requiere haber pasado por un tratamiento
hormonal mínimo de dos años. Todo ello supone un perverso control
institucional, que no solo trata la transexualidad como un trastorno,
sino que también delimita quién puede acceder y quién no a un cambio de
identidad de género.
Una serie de barreras y obstáculos que tampoco contemplan la
pluralidad de formas en las que las personas trans construyen su
identidad y sexualidad, formas que muchas veces escapan del binarismo de
género entre hombre y mujer.
Actualmente la Plataforma por los Derechos Trans – que engloba diferentes colectivos alrededor del estado- se ha reunido con las distintas formaciones políticas que se presentan a las próximas elecciones, para promover la propuesta de una nueva legislación que avance en la conquista de sus derechos.
Actualmente la Plataforma por los Derechos Trans – que engloba diferentes colectivos alrededor del estado- se ha reunido con las distintas formaciones políticas que se presentan a las próximas elecciones, para promover la propuesta de una nueva legislación que avance en la conquista de sus derechos.
Entre las principales demandas están la libre autodeterminación de la
identidad y la despatologización de la transexualidad. También pone
especial atención a los menores de edad, los cuales están completamente
excluidos en la actual ley. A la vez que exigen medidas de protección
contra la discriminación hacia las personas trans, como es la
discriminación laboral.
La violencia transfóbica fruto de la Alianza Capitalista y Patriarcal
La regulación y control de nuestros cuerpos, sexualidad e identidad
se imponen bajo los intereses determinados de un sistema socioeconómico,
que necesita del Patriarcado y de la institución de la ’familia
tradicional’ como un fiel aliado. Ante ello se impone una estructura
binaria y heteronormativa de la identidad de género, que excluye a todo
aquel que se escape de las normas hegemónicas.
Esta exclusión no solo se desata por una ley que sigue tratando a las
personas trans como ’enfermas’ y que no reconoce su identidad de
género. Sino también por las amplias situaciones de opresión y extrema
precariedad a las que se ven sometidas.
Así se revela en distintos estudios. Por ejemplo, según la Investigación
“Transexualidad en España: análisis de la realidad social y factores
psicosociales asociados” realizado en el año 2011, un 35’5% de las
personas encuestadas se encontraban en situación de paro. Entre las
personas desempleadas un 37% señalaba que el motivo principal por el que
se encontraba en esa situación es por ser transexual y el 55,9%
señalaba haber tenido algún tipo de conflicto en el trabajo por hacer
pública su transexualidad.
Datos que son peores si hablamos de mujeres transexuales, ya que en
muchas ocasiones los hombres pasan más desapercibidos ante la sociedad.
Según el estudio, un alto porcentaje de personas trans (48,2%) reconoce
haber ejercido la prostitución ante la imposibilidad de trabajar en otro
sector.
Datos reveladores que nos demuestran que no podemos confiar que la
conquista de los derechos de las personas trans, así como de los demás
colectivos LGTBI, vendrán de la mano de quienes actualmente siguen
legitimando estas relaciones de opresión.
Es por ello que en días como el de hoy, se hace de vital importancia la
movilización en las calles. Ante la necesidad de pelear por un
movimiento, que junto con los demás sectores de explotados y oprimidos,
luche por las demandas como la autodeterminación de la propia identidad
de género, el acceso a la salud, el trabajo y por una igualdad real,
con total independencia del Estado capitalista.
Enlace: Izquierda Diario
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