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viernes, 7 de julio de 2017

La historia de Searyl Atli, el bebé cuyo progenitor quiere criar sin género

Un canadiense transgénero logra que la Columbia británica expida una tarjeta sanitaria a su bebé sin determinación de sexo y sigue su lucha para lograrlo en el registro civil


Kori Doti juega con su bebé Searyl Atli.

Searyl Atli, un bebé canadiense de ocho meses, puede ser la primera persona del mundo que tiene un sexo definido pero que no aparece en su cartilla sanitaria, informa la cadena canadiense CBS News. En el apartado de sexo, tiene una u de unassigned, pendiente de asignar en inglés, o de undetermined, indeterminado. Su progenitor, Kori Doti, considera que un simple examen biológico no puede determinar la verdadera identidad de un niño, porque puede ser intersexual (tener ambos genitales) o identificarse con un género diferente a su sexo biológico o con ninguno una vez crezca. Para Doti, atribuir un género cuando nacen según sus genitales es un "avasallamiento" de los derechos del niño y se debe esperar hasta que sean conscientes y puedan declarar por sí mismos cuál es su identidad de género.
Searyl es "un bebé no binario" según Doti, que a su vez es un transgénero que no se considera ni hombre ni mujer. Doti dio a luz a Searyl en la casa de un amigo el pasado mes de noviembre en la localidad de Slocan Valley de la Columbia Británica, una provincia de Canadá con más de cuatro millones de habitantes. El bebé está creciendo como si no tuviera sexo, porque su progenitor quiere que él o ella misma (o ellos, pronombre con el que Doti se refiere a sí mismo) lo desarrolle sin ningún condicionante externo. 
"Estoy criando a Searyl de un modo que no tenga su identidad sexual predefinida hasta que tenga un sentido de sí mismo y un manejo del vocabulario suficiente para decirme quién es. Yo le reconozco como bebé y trato de darle todo el amor y apoyo para que sea la persona más completa que pueda ser, dejando aparte las restricciones que vienen con el paquete de ser niño o de ser niña", explica Doti a CBC News. "La primera cosa que te pregunta la gente es si es un chico o una chica", recuerda Doti en un vídeo colgado de Youtube, en el que cuenta el porqué de su lucha.
El problema es que el bebé no tiene todavía certificado de nacimiento porque el registro de su provincia obliga a inscribirlo con una eme de male (varón) o una efe de female (mujer). Su progenitor presentó una demanda ante una corte local para lograr que se le registre sin ningún género y, de momento, las autoridades se niegan. Pero el mes pasado, según explica Doti, le enviaron la tarjeta de salud con una u para que, mientras se revuelve el contencioso, el niño pueda acceder a los servicios médicos. Los medios canadienses sostienen que la Columbia Británica es la primera autoridad pública del mundo en emitir una tarjeta sanitaria que omite el sexo. Alemania y Australia permiten que un niño sin sexo definido sea inscrito sin género. El caso de Searyl es distinto, porque sí lo tiene.
La abogada de la familia, barbara findlay —que pide que su nombre no sea escrito en mayúsculas—, argumenta en Global News que "la asignación de sexo es esta cultura se hace cuando un médico levanta las piernas del recién nacido y mira sus genitales. Pero sabemos que la identidad de género del bebé no se desarrollará hasta algunos años después de su nacimiento". findlay añade otras provincias canadienses, entre ellas Ontario y Alberta, están revisando su política al respecto con el fin de incluir una tercera opción de género no binario y que estas son decisiones que Canadá debe tomar en su conjunto. A principios de este año, el Gobierno federal aprobó un proyecto de ley para incluir la "identidad y expresión de género" en el Código de Derechos Humanos y en breve se ofrecerá una tercera opción en los pasaportes.
Para Doty, añadir una tercera opción no es la solución, ya que puede distinguir a aquellos que la usan y convertirlos en objetivos de discriminación y crímenes de odio, por lo que aboga por la omisión del género"Nuestra cultura está obsesionada con si un bebé es un niño o una niña, pero no tiene sentido que el Estado certifique que es lo uno o lo otro cuando en realidad no saben si es verdad", sentencia findlay.
Doti es miembro de la Gender-Free ID Coalition (Coalición por un documento sin identidad de género), que intenta que la asignación de género en documentos oficiales sea posterior al nacimiento y la decida la persona para evitar los problemas sociales a los que se enfrentan los niños que sienten que su género es diferente al que les fue asignado al nacer. Ocho miembros de esa asociación, entre ellos Doti, también han exigido a los tribunales canadienses que la u conste en sus documentos oficiales. 
"Cuando nací, los médicos miraron mis genitales e hicieron presunciones sobre quién iba a ser yo y esas presunciones me acompañaron durante mi vida. Esas presunciones resultaron incorrectas y tuve que hacer un montón de ajustes desde entonces", dice Doti de sí mismo.



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