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martes, 26 de julio de 2011

Salir del armario en el deporte, el gran tabú




Los avances en derechos que el colectivo LGTB está consiguiendo en el primer mundo en los últimos 10 años han sido espectaculares.



24/07/2011 - David Martín La aprobación del matrimonio homosexual en países como España, Países Bajos o Bélgica, la equiparación de derechos y la no discriminación por orientación sexual, que se va alcanzando poco a poco, hace que muchos personajes públicos de diferentes esferas sociales abandonen el secretismo y se declaren abiertamente homosexuales, pero, en el deporte de élite no suele ocurrir. ¿Cuál es el motivo?Durante la celebración de la Manifestación Estatal LGTB en Madrid el pasado día 2 de julio, pudimos ver una pancarta en la que rezaba “CONTRA LA HOMOFOBIA EN EL DEPORTE”. Soportada por miembros de distintas asociaciones deportivas LGTB de España, llamó nuestra atención y nos hizo reflexionar sobre por qué es tan difícil revelar tu identidad sexual en este terreno.
Aunque se han alcanzado muchas metas en la lucha contra la LGTBfobia en muchas parcelas de la sociedad, parece que el mundo del deporte se resiste a dar el paso y asumir que, entre sus filas, también existen personas que se sienten atraídas por las de su mismo sexo.




Los que han dado el paso
En España, Quique Sarasola, jinete, declaró públicamente su homosexualidad en la portada de la desaparecida revista Zero, una salida de armario que no supuso ningún trauma ya que jamás lo ocultó ni a su familia ni de cara a la sociedad.
Fuera de España, los deportistas que han manifestado una orientación sexual distinta se pueden contar con los dedos. Graeme Obree, exciclista escocés lo reconoció los 45 años. John Amaechi, exbaloncestista que se retiró en 2003 y se declaró homosexual en 2007, y algunos más que nos dejamos por el camino.
Martina Navratilova, ganadora de 18 Grans Slams y con 163 títulos, reveló que era lesbiana en 1981 y puso una de las primeras piedras a este duro camino en el deporte. En activo hasta 1994, su declaración le retiró en ese momento el apoyo tanto de patrocinadores como de público, pero al parecer tocó en hueso y cuando Amelie Mauresmo en 1999 hizo pública su orientación sexual, no tuvo que sufrir el calvario de Navratilova, aunque sí unas desafortunadas declaraciones de su compañera Martina Hingis que declaró que Mauresmo era "medio hombre".
Recientemente han reconocido su homosexualidad, el jugador de rugby Gareth Thomas, el nadador Daniel Kowalski, o el saltador Matthew Mitcham, que hizo pública su homosexualidad antes de los Juegos Olímpicos de Pekín y que recibió la mayor puntuación jamás alcanzada por un saltador en la Historia del Olimpismo.




¿Cuál es el problema?




En el deporte, historias como las de Justin Fashanu, primer jugador de fútbol negro que alcanzó el millón de libras, no ayudan y ponen los pelos de punta. Su hermano le calificó de “paria” y su entrenador, Brian Clough tras enterarse de su homosexualidad le prohibió entrenar con su equipo, afirmando “orgulloso” en su biografía, que en una discusión con el jugador tras oír que frecuentaba bares gays, le preguntó: «"¿A donde vas si quieres una rebanada de pan?" "Al panadero, supongo". "¿A donde vas si quieres una pata de cordero?" "Al carnicero." "Entonces por qué sigues yendo a ese maldito club de maricones"». Tras salir del armario, su valor futbolístico y su carrera cayeron en picado. En 1998, tras la acusación de un joven de 17 años de agresión sexual que fue archivada por falta de pruebas, Fashanu se suicidó protestando porque “la opinión pública ya le había juzgado y condenado”.
Recientemente, otro futbolista Antón Hysén, revelaba su orientación sexual y declaraba: "Sé que todo será distinto después de estas declaraciones. Existe gente que no puede vivir con los homosexuales, así como hay racistas que no aceptan extranjeros. Puede darse el caso de que un club se interese en mí, pero el entrenador puede cambiar de idea al descubrir que soy gay. Pero eso no me importa. Pueden llamarme como quieran en los estadios. Eso me dará más motivación para jugar".
Tampoco ayudan, y en este caso hablamos de España, los programas sensacionalistas que a su antojo pueden quemar en una pira a cualquier personaje que declare su homosexualidad, o incluso pueden hacer de una foto, un escándalo sexual en toda regla, recordemos el caso de Gerard Piqué e Ibrahimovic (en la imagen) no hace mucho tiempo, en el que, el segundo, ante el acoso de la prensa rosa declaró: “Vente con tu hermana y miras si soy maricón”.
El acoso al que estuvieron sometidos estos dos deportistas puede justificar de cierta manera estas declaraciones. Estos programas, presentados y colaborados en parte por miembros del colectivo LGTB que se rasgan las vestiduras si a ellos se refieren, son los que intentan machacar a cualquiera que no sea de su círculo de víboras más cercano y ayudan negativamente a que la sociedad avance en estas parcelas.La solución está en sus manos
Según declaraba Joan Miró, coordinador de la Asociación Deportiva Ibérica LGTB en la Revista G Madrid Sports “Los deportistas de élite tienen una función social muy importante y desempeñan un role model muy seguido por parte de la mayoría de la sociedad. Es el pez que se muerde la cola. Ell@s no salen del armario porque no encuentran en la sociedad el entorno idóneo como para poderlo hacer y ello evita que la sociedad avance en sentido positivo al visibilizarse la diversidad también en la orientación afectivo-sexual en aquellas personas capaces de hacer evolucionar al conjunto de la sociedad hacia una aceptación de dicha diversidad en todos los campos (laboral, ocio, educación,….)”.
Las declaraciones de deportistas heterosexuales que apoyan al colectivo LGTB ayudan algo, pero, según confiesa Javier Hombrados, portero de balonmano y componente de la selección nacional a CRdiario.com “España no está preparada para que un joven deportista confiese abiertamente que es gay”. En esta línea Philipp Lahm, capitán de la selección alemana de fútbol que ha afirmado que “es una pena, pero ser gay en el fútbol, a diferencia de lo que pasa en la política o en el mundo del espectáculo, es todavía tabú“. También Ben Cohen, exjugador de rugby, casado y con hijos, ha comenzado una gira por EEUU con una campaña en contra de la homofobia en el mundo del deporte.Resumiendo, mientras no se empiecen a derribar los tabús y salgan algunos deportistas en bloque del armario, mientras esa gran masa de forofos que van los fines de semana a los estadios o canchas deportivas continúen usando los términos “maricón” o “machorro” como insulto a los jugadores que no son de su equipo, y mientras ese bloque que forma el mundo del deporte no dé un paso al frente y se declare en contra de la homofobia no habrá avances en este campo.
Los deportistas son referentes de la sociedad y ejemplos para la juventud, sabemos que colaboran con ONG y con proyectos sociales con grandes cantidades de dinero pero hay veces, que las palabras, mueven más conciencias que el dinero.

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