El Ministerio del Interior ha denegado el asilo a Yasira, una transexual de 29 años a quien la Policía de Panamá detuvo por primera vez cuando apenas tenía 17 años. Era el año 2000, y los agentes la rociaron con gas pimienta, la tiraron al suelo y le dieron patadas, la sometieron a descargas eléctricas... Estuvo encerrada dos semanas. Hasta que su madre pagó por ella una multa de 300 euros y quedó en libertad. Su único delito era haber nacido hombre e ir por la calle vestida de mujer, algo que está prohibido en este país centroamericano.
En estos 13 años, esta transexual ha seguido viviendo parecidas situaciones de hostigamiento policial, según relata a ELMUNDO.esPaloma Favieres, abogada del equipo jurídico de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (Cear).
Los agentes detenían a Yasira y la obligaban a mantener relaciones sexuales. Ella insiste en que no es prostituta–, la golpeaban en la cabeza con un palo y la amenazaban. Fue arrestada y encarcelada varias veces. En la prisión también fue violada por otros reclusos.
En 2008, comenzó a militar en el movimiento LGTB y participó en una manifestación "contra la discriminación trans" que fue duramente reprimida por la policía. A Yasira también la insultaban los vecinos de su barrio, y las bandas callejeras, que la apuñalaron y robaron. Hasta en tres ocasiones se intentó suicidar.
Hace unos días decidió huir. La situación "era insostenible en Panamá". Yasira llegó al aeropuerto de Barajas (Madrid) el pasado día 7 y pidió asilo por persecución en su país debido a su identidad sexual. La solicitud fue denegada, al igual que la cautelarísima que solicitó su abogada para paralizar la expulsión. Mañana miércoles, a las 11.50 horas, será deportada y enviada de vuelta a Panamá.
Y eso que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) emitió un informe favorable para que se admitiera a trámite la petición de asilo.
"Yasira ha sido víctima de abusos, coacciones, amenazas y agresiones físicas y sexuales por parte de las autoridades policiales de su país en numerosas ocasiones en los últimos 13 años, así como dediscriminación social", denuncia Paloma Favieres.
En la resolución en la que deniega el asilo, el Ministerio del Interior dice que "en los informes de diversos organismos internacionales consultados vía internet no existe una mención explícita del colectivo LGTB como grupo de riesgo" en Panamá, aunque admite, a renglón seguido, que en este país se detuvo a dos mujeres por besarse en público y que "se reportaron seis detenciones de transexuales".
Marginación
"La homosexualidad está despenalizada desde 2008 en Panamá", explica la abogada de Cear. "Pero el problema es que no se permite a las personas transexuales permanecer en espacios públicos y a las que se les encuentra vestidas de mujer en la calle son detenidas por la policía".
Interior alega también que "ese maltrato por fuerzas policiales parece producirse en un contexto muy concreto, que es el del ejercicio de la prostitución", algo que se produce también "en países considerados como garantistas de los derechos humanos".
La abogada de Yasira insiste en que su defendida no es prostituta y describe "su incapacidad para llevar una vida normal" en todos los ámbitos de la sociedad, no sólo en su relación con la policía.
"Nos encontraríamos ante un supuesto de discriminación social, que no de persecución", concluye la resolución del Ministerio.
La Ley de Asilo, de 2009, recoge por primera vez la persecución por identidad de género. Pero las ONG dicen que, en la práctica, este motivo no se está teniendo demasiado en cuenta a la hora de dar respuesta positiva a las solicitudes de protección internacional.
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