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domingo, 15 de abril de 2012

Dos mujeres transexuales, brutalmente asesinadas en Uruguay


Desde El Vahído (el programa LGTB de Radio Sentidos) se nos pide que contribuyamos a dar mayor difusión a los terribles asesinatos de dos mujeres transexuales ocurridos en Uruguay ocurridos hace pocas semanas, que tristemente han pasado casi inadvertidos.

Según un comunicado hecho público por el colectivo LGTB Ovejas Negras, en la mañana del 10 de marzo la policía de Canelones (localidad enclavada en el área metropolitana de Montevideo) encontró muerta en el Parque Roosevelt, con dos balazos en la nuca y el cráneo destrozado, a Gabriela. Sus pertenencias y dinero estaban en el lugar, lo que parece indicar que se trató de un asesinato intencionadamente tránsfobo. Gabriela tenía 37 años y, como la mayoría de las mujeres transexuales en Uruguay, su única salida laboral era el trabajo sexual. Unas semanas antes, otra mujer transexual, conocida como “la Brasilera”, fue asesinada de cinco balazos en la misma zona. Llegó con vida hasta el hospital y antes de morir llegó a hablar con la policía. Ambos crímenes permanecen sin embargo impunes.

Las mujeres asesinadas ni siquiera merecieron el debido respeto por parte de los medios de comunicación. El diario uruguayo El País, así como portales que replicaron la noticia, dedicaron apenas unas líneas al asesinato de Gabriela, a la se calificó además de “un travesti” y de la que se habló en masculino perse a tratarse de una mujer transexual. El 11 de marzo, uno de los informativos de Canal 10 volvía a referirse a Gabriela en masculino. Eso sí, se cerraba el informe con el comentario totalmente irrelevante de que en la zona donde se encontró el cuerpo “había gran cantidad de envases de preservativos”, ofreciendo además primeros planos de los mismos. Se da la paradoja de que Uruguay cuenta con una avanzada ley de identidad de género, lo que muestra hasta que punto realidad jurídica y realidad social no necesariamente van siempre de la mano.
“Nos preguntamos por qué, en un país donde las noticias policiales ocupan enormes espacios de la televisión y la prensa, en estos casos nadie se molestó por preguntar y comunicar el nombre de las víctimas, contactar a sus familiares o amigos, buscar posibles causas del asesinato, ni siquiera en respetar su identidad de género. ¿Es que una persona trans ‘no califica’ en Uruguay como un ser humano cuyo nombre propio merecemos saber y cuyo asesinato debe aclararse rápidamente? ¿Qué lleva a la prensa a dedicar abundantes líneas y minutos con informes detallados sobre los crímenes que toman la vida una persona en Uruguay, salvo cuando esta persona resulta ser una mujer, trans, pobre y que ejerce el comercio sexual? ¿Por qué como público toleramos esta diferencia injustificada y denigrante, tanto para la víctima como para quienes comparten su identidad y situación social?”, se preguntan desde el colectivo Ovejas Negras.
“Exhortamos a la sociedad uruguaya a no tolerar más esta situación, a exigir respeto por la dignidad humana de Gabriela, de `la Brasilera’ y todas las personas sin distinciones, y a exigir el pronto esclarecimiento de estos asesinatos”, añaden.

Fuente Dosmanzanas:

1 comentario:

ZAHIRA dijo...

Las causas de esos asesinatos a mujeres casi siempre son los mismos, me explico el oficio mas antiguo del mundo ya que tienen que tratar y relacionarse con gente de toda manera de ser y de comportarse, chulos, matones, drogadictos, alcohólicos, y perturbados mentales, por lo cual siempre estarán expuestas a ese gran riesgo que se incrementa en la noche y en sitios pocos frecuentados. Como se pueden paliar dichos riesgos?, pues dándoles a esas posibles víctimas charlas, conferencias y procurando que aprendan oficios o que amplíen sus estudios para poder hacer una carrera universitaria, de ello esto lo deben promocionar las Asociaciones LGTB y el estado de la nación debe de correr con dichos gastos ya que para eso y para otras cosas pagamos los ciudadanos impuestos. Por último existe una labor diaria encomiable y es el concienciar a la sociedad que esas mujeres y a las prostitutas NO son ciudadanos de segunda categoría.