Desde esta Institución, defensora de los derechos y libertades fundamentales, como no puede ser de otro modo, compartimos que "la identidad de género, como parte integrante de los derechos de la personalidad, entronca con el derecho a la dignidad de la persona, el libre desarrollo de la personalidad, el derecho a la salud, a la integridad psicofísica, a la intimidad y a la propia imagen, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, ya que todas las personas son iguales ante la Ley".
Por otra parte, las dificultades con las que se encuentran las personas transexuales en su propio proceso individual así como en su desarrollo social en el sexo-género al que sienten que pertenecen, son incontables y de toda índole, y el sufrimiento que provocan es considerable, por lo que apoyamos el que se cree un marco normativo que facilite este proceso, y confiamos en que la tramitación parlamentaria del proyecto aludido culmine con un texto que permita alcanzar este objetivo.
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