El 25 de Junio pasado fue una fecha clave para los derechos de las
personas transexuales, así como para el resto de la ciudadanía: se aprueba en
el Parlamento andaluz una ley que libera por fin a este colectivo de la tutela
médica, reconociendo a las personas transexuales el derecho a autodeterminar el
propio género sin diagnostico previo ni condiciones de ningún tipo.
Una ley de similar importancia y relevancia a lo que en su momento supuso
el matrimonio igualitario para la equiparación de gais y lesbianas al resto de
la población, aunque no haya tenido el mismo reconocimiento ni atención
mediática. Ya que supone un avance
en el modelo de atención, normaliza y equipara a las personas trans con la
ciudadanía; existen intereses “médicos” para no perder el poder y control que a
través de las UTIGs han ejercido sobre nuestras vidas y necesidades sanitarias.
El modelo de atención que se desprende de la ley trans andaluza, nos reconoce
como sujetos de pleno derecho y dejamos de ser objetos para la medicina.
La ley 2/2014, de 8 de julio, integral para la no
discriminación por motivos de identidad de género y reconocimiento de los
derechos de las personas transexuales de Andalucía, entró en vigor el 19 de Julio de 2014, nació directamente del trabajo y
la presión ejercida por el movimiento trans, representado por la Asociación de
Transexuales de Andalucía (ATA-Sylvia Rivera), y Conjuntos Difusos (Autonomía
Trans). Un trabajo iniciado por ATA-Sylvia Rivera hace cinco años que
finalmente logró el consenso de todos los partidos políticos del Parlamento
andaluz, ley que fue propuesta por PSOE-Andalucía e IU-LV-CA.
El pasado 14 de Noviembre la prensa hizo público que el Gobierno
central y Junta de Andalucía han decidido poner en marcha un grupo de
trabajo que proponga soluciones a las reticencias expresadas por el
primero sobre varios artículos básicos de la ley, en
concreto los 2.4, 4.1, 4.2, 9, 10.2, 10.7, 15.2.b, 19.3 y 19.4, que regulan
aspectos relativos a la concesión de
documentación administrativa que refleje la identidad de género
manifestada, el reconocimiento del
derecho de los menores a utilizar libremente el nombre que hayan elegido o
la inclusión en la cartera de prestaciones sanitarias de los tratamientos para modular el tono y
timbre de la voz de las personas transexuales para adecuarlos a su
identidad.
El grupo de trabajo debe ahora comunicar el acuerdo
al Constitucional para que, como permite la ley en estos casos, amplíe de
tres a nueve meses el plazo que tiene el gobierno para presentar recurso de
inconstitucionalidad contra leyes autonómicas, así como proponer a la
Subcomisión de Seguimiento Normativo, Prevención y Solución de Controversias de
la Comisión Bilateral Estado-Comunidad Autónoma de Andalucía una solución que evite el recurso.
Aunque existe una posible “amenaza” de recurso, NO existe
RECURSO interpuesto, SÍ unas discrepancias, que una vez aclaradas, dejará sin
fundamento jurídico el posible recurso. Desde los partidos proponentes de la ley han
afirmado: “Los servicios jurídicos del
Parlamento dieron su visto bueno tras un trabajo arduo y no dejamos ningún
fleco suelto, para que esto no ocurriera”.
Cualquier acción contra un “recurso” que en la actualidad no existe,
puede ser una desviación y manipulación de confrontación “partidista” para
soslayar la responsabilidad del Gobierno Andaluz en hacer cumplir una ley
aprobada por unanimidad y de obligado cumplimiento.
El pasado 21 de octubre de 2014, la Asociación de Transexuales de
Andalucía-Sylvia Rivera, envío a la Presidenta de la Junta de Andalucía y todos
los grupos parlamentarios una carta exigiendo celeridad en el desarrollo de
procedimientos, protocolos y normas que hagan efectiva la ley, así como la
petición de apartar de la atención a personas transexuales a los profesionales
de la UTIG que durante años han vulnerado en sus praxis médicas los derechos
humanos de las personas trans, por considerar una afrenta el seguir siendo
atendidos/as por “profesionales” que nos han patologizado; a esta carta se
adhirieron mas de 50 entidades de carácter social, político y sindical; es
curioso que quienes alzan de forma torticera y manipuladora la voz “supuestamente”
en defensa de los derechos de las personas trans, no exigieran la efectividad
de la ley, y nunca la han levantado si ello suponía una exigencia al Gobierno
andaluz.
Es indignante,
deleznable y malintencionada, la instrumentalización que entidades serviles y
obedientes a la "casta" política hacen de los Derechos de las
personas Trans. La "casta" ha aprendido que la política del
"miedo" es beneficiosa para sus intereses. Meter "miedo" es
ya ruin, peor si aún es mintiendo, por los efectos que provocan, máxime cuando
hablamos de la comunidad Trans, a la que se le vulneran sistemáticamente los
derechos humanos más básicos; derecho al empleo, atención sanitaria
"igualitaria", Identidad legal... Esto nos sitúa en una población que
celebra como "avance", cualquier "migaja" que nos
den. Este trato como subhumanos, ha hecho que interioricemos que no
tenemos derechos a nada. El "miedo" a perder las "migajas",
busca la intoxicación y pasividad de una comunidad golpeada por la falta de
derechos que nos equiparen en igualdad.
Condenamos que nuestros derechos sean “utilizados”
para confrontación partidista y como “moneda” de cambio.
ATA-Sylvia Rivera defenderá los derechos que nos ampara la ley en vigor y
hará cuantas acciones sean necesarias encaminadas hacia la consecución de una
equiparación real. Animamos a las personas trans de Andalucía a exigir el cumplimiento de la misma en los
ámbitos sanitarios, educativos y laborales. Así como le recordamos a la
Consejera de Salud, Igualdad y Políticas Sociales, a cumplir con el compromiso
adquirido en el Parlamento para cumplimentar el procedimiento sanitario en
consenso con las entidades representativas de las personas trans, antes de
finalizar el presente año.
1 comentario:
Thank you for posting.
Home Builders
Publicar un comentario