Por Christian Rea Tizcareño - México DF (Notiese)
El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) presentó este jueves Carta a mi padre. Testimonio de una persona transexual con discapacidad, libro en el que la activista Irina Echeverría narra las vicisitudes de su vida. La autora –quien confesó que sus modelos a seguir son la feminista Marta Lamas y la luchadora social Rosario Ibarra de Piedra, hoy día senadora de la República– comentó que decidió denunciar su caso antes de pasar a las estadísticas de crímenes por odio.“Para mí ser mujer es la culminación de un camino de más de treinta años. Yo no me considero transexual como adjetivo. La transexualidad es un proceso. Comienza, avanza y termina. No importa si hay operación genital o no, a mí me vale un cacahuate. La sexualidad está en el cuerpo y en la mente. Soy mujer porque me siento mujer, no por querer parecerme a alguien, mucho menos a un estereotipo comercial”, expresó.Irina agradeció públicamente a Nelly, con quien se casó en Cuba hace 14 años. “Yo le quité a su pareja; sin embargo, hace ya más de seis años decidimos vivir juntas. Ella es mi pilar, me ha enseñado el verdadero significado del amor”.Expuso que las personas transexuales son indocumentadas en su propio país y, por ende, no tienen derecho a votar y ser votadas. Pero, “a final de cuentas tenemos las leyes que nos merecemos, porque no exigimos nuestros derechos”.Por su parte, el doctor David Barrios, terapeuta de Irina y especialista en transexualidad, detalló que Carta a mi padre es la historia de una mujer “con el corazón bien puesto en la izquierda” que se enfrenta toda su vida a la enfermedad física y a la revolución interna de la identidad de género. “Dejó de ser lo que no era para transformarse en lo que realmente es”.A su vez, la antropóloga Marta Lamas describió a Irina como una feminista de izquierda que desde los 18 años vive en una silla de ruedas, y que decidió asumir públicamente su verdadera identidad genérica.En todas las culturas y épocas han vivido personas con anhelos semejantes al de Irina; sin embargo, la transexualidad es un fenómeno moderno ligado a las posibilidades de transformación corporal, esto gracias a los avances científicos de la endocrinología y la cirugía, explicó.Entrevistado por NotieSe, Emilio Álvarez Icaza, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, señaló que el testimonio de Irina es “un caso paradigmático, extremadamente valiente. Ilumina la esperanza de construir una sociedad tolerante. Ella personifica una gran cantidad de fobias. Ha vivido el dolor como persona con discapacidad, como mujer, como transgénero”.El ombudsman capitalino, quien lleva 20 años de conocer a Irina, dijo que el libro enseña cómo es posible “romper el muro de la discriminación con mucho corazón”, a pesar del rechazo familiar y social.Es importante que las personas transgénero y transexuales dejen de vivir en el “vacío jurídico”. En este sentido, es importante que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal apruebe la iniciativa legal que otorga certeza jurídica a este sector de la población, indicó.Es “vital” garantizar la identidad legal a las y los transexuales de la ciudad de México, toda vez que “la democracia no sólo es un sistema costoso para elegir gobiernos, y a veces no muy confiable. Es un sistema que supone valores como la tolerancia, el diálogo, el respeto, la diversidad. Vivir en democracia significa que no existan historias como la de Irina”.
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