
El pasado sábado 12 de julio, G. M., de nacionalidad ecuatoriana, salía de comer de un restaurante madrileño junto a dos amigas, también transexuales, y la madre de una de ellas cuando otra clienta entraba y se chocaron accidentalmente. La clienta insultó a la transexual llamándole "maricón, negro de mierda", por lo que las chicas le respondieron con otro insulto y comenzó una trifulca. Así, la mujer que entraba al restaurante llamó a la policía y los agentes detuvieron a G. M. y sus amigas.
Ya en la comisaría de Embajadores comenzaron a sufrir las agresiones, según la versión que cuenta el colectivo homosexual COGAM: "Funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía escupieron a G. M., le golpearon por todo el cuerpo mientras permanecía esposada, produciéndole contusiones en hombro, antebrazo y muslo". En el parte médico se añade que las contusiones fueron provocadas por patadas y porras.
Además de pegarle, los policías le insultaron por su condición sexual ("maricón, manolo") y por su origen extranjero ("asqueroso, vete a tu país"). La víctima tiene miedo de dar su nombre por las amenazas de los agentes.
A raíz de esta denuncia, COGAM exige que "las fuerzas del orden público cumplan su deber, que es proteger a los ciudadanos y ciudadanas, particularmente a las más vulnerables, y no agredirles".
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