17 de Mayo, Día Mundial contra la homofobia y la transfobia. Otro
17 de Mayo en el que el Mundo no ha aprendido a aceptar y respetar la
diversidad sexo genérica. Otro año más en el que algo tan sencillo como que
todas las personas somos diferentes -con diversas formas de entender el
amor, el sexo, las identidades…- lejos de comprenderse como una riqueza, hay
quien lo sigue percibiendo como una amenaza.
Otro año más en el que este 17 de Mayo sigue siendo necesario para que nuestras
voces se vuelvan a levantar altas y claras.
A lo largo de los siglos, de las culturas, la transexualidad no ha comportando
necesariamente un estigma. No ajustarse estrictamente a las obligaciones
binarias de las identidades de género no era sinónimo de dolor o sufrimiento,
marginación o violencia. En ocasiones, era tomado como un regalo de los dioses.
Sin embargo, por diferentes motivos, la historia nos ha llevado a una situación
en la que nacer con una identidad sexual no el línea con la genitalidad es considerado,
por muchas personas, como algo negativo, aberrante o susceptible de castigo.
A pesar de toda la labor de pedagogía que las personas trans estamos
realizando, todavía hay quien nos utiliza para inundar de demagogia las mentes,
para hacernos sentir culpables por la carencia de servicios de la Seguridad Social ,
para creer que lo nuestro es un capricho o, peor aún, un trastorno
mental.
Exigimos que se nos respeten nuestros derechos y se nos trate por nuestro
género vivido y sentido, que nadie decida quienes somos sino nosotros y
nosotras mismas. Por supuesto, pedimos a las autoridades sanitarias que se
incluya la atención integral a las personas transexuales en la cartera de
servicios de la
Seguridad Social. Porque lo necesitamos para vivir.
Demandamos igualmente que en las escuelas los y las jóvenes transexuales no
tengan que sufrir la incomprensión del profesorado y del alumnado porque exista
una educación plena, inclusiva, que valore al ser humano como tal y no perpetúe
modelos de masculinidad y feminidad que hacen daño y que nos constriñen en
estructuras que no son sino jaulas de hierro.
Que se trabaje en profundidad el mercado laboral para que todas las personas
transexuales tengamos derecho a un trabajo digno y ajustado a nuestras
capacitaciones personales.
Y, por supuesto, no podemos dejar pasar este 17 de mayo sin olvidar a todas las
personas transexuales que son maltratadas, encarceladas, violadas, asesinadas
en tantos y tantos países. ¿Hasta cuándo se va a seguir tolerando tanto abuso,
tanto sufrimiento en vano?, ¿hasta cuando los gobiernos van a seguir haciendo
la vista gorda o incluso colaborando en esta sangría cruel?
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