“Las mujeres
transexuales vivimos una exclusión laboral”
¿Cómo nace la
Asociación de Transexuales de Andalucía y cuáles son sus objetivos?
Es una asociación de,
por y para personas transexuales.
Nace para dar una
respuesta específica a nuestra realidad y nuestra situación.
Los objetivos
fundamentales son alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres y acabar con la
discriminación que enfrentan las personas transexuales, especialmente las mujeres
puesto que, al vivir en una sociedad machista y heteropatriarcal, tenemos que
pagar un doble precio para conseguir la igualdad. No están igual de
discriminados
los hombres
transexuales y las mujeres transexuales.
Desde ATA también
ofrecemos una atención personalizada a personas que están
Desorientadas y a sus
familiares y trabajamos en la pedagogía social. Sabemos que la gran desconocida
en esta sociedad es la transexualidad y lo poco que se sabe es erróneo.
En la actualidad
¿cuáles son vuestras principales reivindicaciones ?
Pues las
reivindicaciones más inmediatas, que querríamos conseguir en un plazo de
tres años serían la
inserción laboral, por lo que pedimos planes de inserción y fomento del empleo
para la población transexual, con incentivos laborales para su contratación y
con especial mención a las mujeres transexuales. También pedimos una
modificación de la Ley de extranjería para posibilitar que las mujeres
transexuales inmigrantes, puedan modificar sus documentos identificativos, emitidos por el Estado
español, en cuestión de nombre y sexo. Otra de nuestras reivindicaciones a
corto plazo, es modificar la Ley de identidad de Género, reduciendo el tiempo
exigido de tratamiento para modificar el nombre y eliminar la exigencia de
presentar certificado
de disforia de género. Primero
porque no se ajusta a la realidad, no todas las personas
transexuales tienen disforia de
género y segundo, porque pensamos que es un concepto patológico ya superado. En
cuanto a la atención sanitaria, queremos que exista un protocolo de atención a
las personas transexuales ya que, actualmente, las pocas Unidades de Identidad
de Género que existen, aplican protocolos que tienen más de 50 años y que consideran la transexualidad un trastorno
mental, algo desfasado y que no se ajusta a la realidad. Para que todo esto se
lleve a cabo, ya hace dos años que llevamos al parlamento una proyecto de Ley
integral para personas
transexuales que,
además de las cuestiones en materia de salud, abarcaría el empleo y la
educación.
¿Existen grandes
desigualdades de género entre mujeres y hombres transexuales?
Las desigualdades son
las mismas que en la sociedad en general. Partimos de la base de que existe
desigualdad entre mujeres y hombres y de ahí que existan leyes específicas como la de violencia de género.
En nuestro caso, la
realidad es la misma. Un hombre transexual es más fácil que encuentre un
trabajo que una mujer transexual.
En cuanto a la
repercusión social, los hombres transexuales llegan a ser casi invisibles debido
a su proceso hormonal, mientras que en las mujeres, no todas pero muchas, es
visible que somos personas transexuales y por ello estamos más estereotipadas.
¿Cuáles son los
principales obstáculos que encontráis las mujeres transexuales a la hora de
acceder a un empleo?
El principal
obstáculo es la no contratación. Las mujeres transexuales vivimos lo que se
podría denominar una exclusión laboral. Aunque aún no hay estudios que lo
avalen, las mujeres transexuales tenemos cerca de un 90% de paro. Esto no es
demagogia ni algo irreal, todo
el mudo es consciente de que vamos a una cafetería, a un banco o a cualquier
sitio y es muy difícil, casi imposible, ver a una mujer
transexual trabajando de camarera, de limpiadora o de telefonista, cuando hoy día, por ejemplo,
esto para gays o lesbianas es una cosa ya superada. Sigue habiendo mucho
prejuicio en la contratación y no porque las personas transexuales no sean
válidas para cualquier empleo. Hay que hacer campañas de sensibilización para
decirle a la sociedad y al empresariado que una persona es válida por lo que
sabe hacer o por lo que hace y no por su identidad sexual. En este sentido, se
deberían hacer planes específicos de empleabilidad para personas transexuales,
al igual que
se ha hecho con otros
colectivos como las personas gitanas o las personas con discapacidad.
En los últimos años
hemos asistido a una mejora considerable de la imagen social de las personas
homosexuales, pero ¿ha sucedido lo mismo con las personas transexuales o los
estereotipos son más fuertes hacia vuestro colectivo?
Los estereotipos son
mucho más fuertes. Hoy en día la homosexualidad está muy asumida y de hecho
personas homosexuales están trabajando incluso en un medio tan importante como
es la televisión. Un medio que se mete en la casa de la gente y por eso la
gente ve muy normal que una persona pueda ser gay y director de una empresa,
dependiente de una tienda o arquitecto. Quizá una medida para luchar contra
estos estereotipos que vivimos sería, ya que la Ley de igualdad de trato y no discriminación se ha
quedado en el cajón por una cuestión de tiempos, implantar una fiscalía
anti-discriminación como la que tiene Cataluña, que luche contra esta
discriminación y que sancione discriminaciones laborales, agresiones físicas, verbales, etc., a personas
transexuales o a cualquier otra persona por motivos de raza, etnia, religión,
apariencia física u orientación sexual.
¿Cuáles son los
principales estereotipos a los que se tienen que enfrentar las mujeres
transexuales?
Todo el mundo sabe
que cuando se habla de transexualidad solo se piensa en mujeres, ni siquiera se
plantea la posibilidad de que haya hombres transexuales y, además, se piensa en
mujeres y se une a la prostitución o al espectáculo. Eso es un sambenito que
venimos soportando las nuevas generaciones de mujeres transexuales
y que no se ajusta a
la realidad. Hoy en día, hay mujeres transexuales que, con un gran esfuerzo y a
pesar de todas estas exclusiones y limitaciones que tenemos, se están abriendo
paso, están estudiando carreras universitarias y muchas de ellas están entrando
poco a poco en el mercado laboral como profesoras, psicólogas o abogadas.
¿Consideráis que
los medios de comunicación contribuyen a mantener una imagen negativa de las
mujeres transexuales o ha habido progresos que contribuyan a romper con esa
imagen?
Todavía caen en el
error del estereotipo. Creo que siempre visualizan a una parte del colectivo,
que yo no niego que exista y que deba tener visibilidad, pero no hacen un
esfuerzo en visualizar otro tipo de vidas que tienen las mujeres transexuales y
que ayudarían mucho a
romper con los estereotipos. Entre las mujeres transexuales
hay una gran
diversidad, como en el resto de personas. Yo creo que mujeres y hombres somos
diversos en nuestras formas de ser, en nuestras profesiones y a la hora de
representarnos en la sociedad como mujeres o como hombres. Incidir en el
estereotipo que existe de las mujeres transexuales es querer perpetuar el
estigma sobre nosotras.
¿Cuáles han sido
los mayores avances legislativos para las personas transexuales en
los últimos años?
El mayor y único
avance que ha habido, ha sido la ley registral que se aprobó en 2007 y que
posibilita a mujeres y hombres transexuales el cambio del sexo y nombre en
todos los documentos legales, sin necesidad de recurrir a una cirugía de
reconstrucción genital y primando el sexo psico-social de las personas. Esto me
parece que ha sido un gran avance, pionero en toda Europa, que ha servido para
que muchos países lo hayan tomado como precedente y estén aprobando leyes
similares, pero mejorándola en cuanto a los requisitos que he comentado
anteriormente, el tiempo de tratamiento
y el diagnóstico de disforia de género. Asimismo, habría que incluir en la ley
a menores transexuales que existen y deben tener una cobertura legal. Es
necesario que puedan acceder al cambio de nombre, siempre con la tutela de sus
padres y madres y avalados por un informe facultativo.
Nos encontramos con
que hay jóvenes en los institutos que abandonan sus estudios, porque sienten
vergüenza de que su nombres no hagan justicia con el sexo que viven.
¿Es cierto que
Andalucía es una de las comunidades más avanzadas en materia de derechos de las
personas transexuales?
No. Es cierto que
Andalucía fue pionera, hace ya casi doce años, en crear una unidad en atención
a personas transexuales. Sin embargo, esa fórmula que vino a dar una respuesta
en un momento determinado, hoy día hay que mejorarla y adecuarla a los nuevos
tiempos. Actualmente, la unidad no da respuesta a las demandas del colectivo de
personas transexuales puesto que nos obliga a que, desde cualquier punto de Andalucía, para una
simple analítica o para una simple evaluación psicológica tengamos que recurrir
a la unidad que está en Málaga. Es cierto que en las personas transexuales hay algo
que sí que es especial y requiere de un tratamiento específico como es la
cirugía de reconstrucción genital que no la puede hacer cualquier profesional,
pero una histerectomía, una mastectomía o un tratamiento endocrino lo puede realizar
cualquier especialista. Lo necesario ahora es formar equipos por cada
provincia, que puedan ofrecer atención primaria a personas transexuales, con lo cual se
rebajaría el coste para la administración, que actualmente cubre los desplazamientos,
y se rebajaría también el coste laboral para las propias personas transexuales
que se ven en la situación, por ejemplo, de tener que pedir un día de permiso
para poder realizarse una analítica. Esta descentralización de la atención, nos
llevaría a una situación de mayor igualdad con el resto de la ciudadanía.
Próximamente se va
a cambiar el nombre de la Unidad de Trastorno de Identidad de
Género por el de Unidad de
Transexualidad e identidad de Género ¿Creéis que servirá de precedente
para otras comunidades y se logrará despatologizar la transexualidad?
Sin lugar a dudas es
un gesto más que va a ayudar a ello. Esta idea se inicia hace tres años desde el
movimiento internacional de personas transexuales. Desde entonces, el
día 23 de octubre salimos a la calle para demandar a la Organización Mundial
de la Salud (OMS) que desclasifique la transexualidad como una enfermedad
mental. Ya contamos con el apoyo de instituciones como el Parlamento Europeo y
el Comisario de Derechos Humanos. Ahora lo que queda es que España lo haga
dentro de su sistema sanitario.
Sociedades como el
Instituto Andaluz de la Sexología o la Federación Española de Sociedades
Sexológicas avalan esta iniciativa y ya instaron a la OMS a la despatologización. Nosotras seguimos
trabajando en el ámbito internacional y en el nacional pero,
también en lo cercano, queríamos que la unidad de Andalucía cambiara ese nombre
de Unidad
de Trastorno de Identidad de Género y hemos conseguido que se
modifique y se llame Unidad de Transexualidad e Identidad de Género.
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