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sábado, 27 de abril de 2013

La transexualidad no es bien vista en Uruguay


Ema Natalia García es una chica transexual uruguaya que no ha tenido una vida fácil: ha sido atacada, amenazada de muerte y discriminada en su propio país por lo que ha solicitado asilo en Estados Unidos.


27/04/2013 - Cecilia Canas Ema contó todo lo que tuvo que pasar desde su infancia hasta el momento en el que se trasladó a Miami. Explica que con cuatro años jugaba a las muñecas con su hermana y le gustaba la ropa de ella. Guardó el secreto de cómo se sentía hasta los 15 años, cuando se lo contó a su hermana. Ella ya era objeto de burla y discriminación.
Estudió en un colegio de curas los cuales la mandaron a terapia porque pensaban que tenía un problema. En cuarto año dejó los estudios y nunca los terminó. Vivía con su hermana y su padre, ya que su madre murió cuando ella tenía 10 años. Su padre era un hombre muy duro y no las dejaba ni salir, según palabras de Ema.
Comenzó a estudiar hostelería, trabajó en un McDonald's y en un supermercado, pero de los dos sitios la despidieron. Tenía 17 años y ya vestía como una mujer. En esa época fue cuando se replanteó su vida: o se suicidaba o se cambiaba de sexo.
Estaba obsesionada con operarse, el problema era que no tenía suficiente dinero para pagar la operación. Se enteró que en Quito, Ecuador, un equipo de médicos hacían operaciones de reconstrucción genital, manteniendo el placer de practicar sexo.
Pasaron dos años cuando Ema reunió el dinero y se pudo operar. Le hicieron una vaginoplastia y a la semana la operaron para ponerle prótesis mamarias y también de la nariz. El tratamiento con hormonas lo llevaba haciendo desde hacía años. Cuando se vio por primera vez desnuda después de la operación se sintió muy bien y muy natural. Era perfecto. Llevaba muchos años soñando con ese momento.
Vivió una temporada en Barcelona pero volvió a Uruguay y ahí empezó su infierno. Mientras ella se sentía más segura, más fuerte y más mujer, la sociedad adoptaba posturas más duras con ella. La insultaban, no le daban trabajo. Abrió una peluquería y se la saquearon, le rompían los cristales, le rayaban el coche y se orinaban en la puerta de su casa... Incluso llegaron a agredirla y violarla reiteradamente, amenazándola con matarla si denunciaba.
La sociedad uruguaya es extremadamente dura con los transexuales. Estuvo asistiendo a tratamiento, no entendía por qué le estaba pasando eso a ella.
En los últimos años de su estancia en Uruguay hubo varios asesinatos a transexuales, Ema cogió mucho miedo y se trasladó a Miami. Ahora está pidiendo asilo en Estados Unidos por persecución y discriminación por su identidad sexual. Para ella ahora su único deseo es vivir tranquila y feliz, le gustaría ayudar a gente que sufra lo que ella ha sufrido.


1 comentario:

Alfredo Galano Loyola dijo...

Es inconcebible que sucedan estas cosas, está más que demostrado que no hay nada que separe lo masculino de lo femenino, hay muchos factores: se puede ser químicamente y psicologicamente una mujer y tener el físico de un hombre, creo que todo ser tiene derecho a escoger ... y más si con ello no afecta los que lo rodean, ?por qué nos llamamos humanos a nosotros mismos si no somo capaces de mostrar "humanidad"? .. es algo serio, la tolerancia es la clave de todo, de una convivencia sana .. incluso hasta de la paz mundial ... vivamos en armonía ... respetomos a todos los seres que nos rodean y sus decisiones.