Representan lo más avanzado en cirugía plástica, inyección de hormonas, reconstrucción corporal y la búsqueda de que la sociedad los acepte tal cual. Se trata de transexuales y travestis que participan en el Concurso Anual de Belleza Transexual en Manila, Filipinas. El escenario se convierte en un refugio donde expresan su feminidad pues en las calles son criticados. “Me encantaría convertirme en una mujer por completo. Pero lo tomo muy despacio pero seguro, porque por ahora vivo aquí en filipinas y no tengo el dinero suficiente para financiar mi operación de cambio de sexo”, indicó Ayumi López, concursante travestí. Para estar en este concurso cada participante gastó fuertes sumas de dinero. Implantes de senos por tres mil dólares y cambio de sexo hasta por 10 mil. Pero la belleza que alcanza suele ser proporcional a la soledad que sufren en la sociedad filipina. Por ejemplo, Erica Peralta, se operó en Japón, donde, dice, la gente los respeta. Confían que eventos como estos cambien la percepción de su pueblo y acepten su preferencia. Algunos pueden tener una vida normal. En este caso Angélica presume de haber contraído matrimonio sin que su marido, un hombre estadounidense se diera cuenta. “Yo pienso que soy una mujer y no veo ninguna razón por qué decirle que no lo soy y no lo hago y no es que quiera mentir. Es muy difícil para un filipino cambiar su percepción sobre un transexual, pero insisto que puedo cambiar su idea de nosotros, por ejemplo de que no podemos tener una vida normal”, concluyó Angélica.
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