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lunes, 3 de diciembre de 2007

EL USO CORRECTO DEL LENGUAJE


Desde una perspectiva absolutamente personal e íntima mi entendimiento y capacidad de compresión se oponen de una forma firme a los planteamientos mediáticos que hacen uso del lenguaje comercial a la hora de hacer referencia a un asunto tan delicado como es el de la transexualidad. Creo que no es necesario recordar a algunos profesionales del periodismo que existe un código deontológico de regula en cierta manera el buen uso de sus expresiones, aun así y con todo si observan el articulo numero 7 de dicho código cita textualmente: “7. El periodista extremará su celo profesional en el respeto a los derechos de los más débiles y los discriminados. Por ello, debe mantener una especial sensibilidad en los casos de informaciones u opiniones de contenido eventualmente discriminatorio o susceptible de incitar a la violencia o a prácticas inhumanas o degradantes.a) Debe, por ello, abstenerse de aludir, de modo despectivo o con prejuicios a la raza, color, religión, origen social o sexo de una persona o a cualquier enfermedad o minusvalía física o mental que padezca.b) Debe también abstenerse de publicar tales datos, salvo que guarden relación directa con la información publicada.c) Debe, finalmente, y con carácter general, evitar expresiones o testimonios vejatorios o lesivos para la condición personal de los individuos y su integridad física y moral.”.
, claro está, muchos profesionales de la comunicación ni se lo han leído o por lo menos hacen caso omiso de él, la muestra mas reciente y vergonzante la encontramos en multitud de referencias alusivas a la identidad de género que viene haciendo el Sr. Mercedes Milá, que con su retórica sofista y su más que deplorable y pobre uso de la inteligencia emocional, hacen que este Sr. un claro exponente de la mercantilización de ciertos programas de televisión, porque no pongo en duda la trayectoria profesional, dilatada y brillante hasta cierto punto y momento en el tiempo de Mercedes Milá, pero cuando los recursos se acaban y las directrices de quien pagan su nómina prefieren hacer caja, no les importa que el método a usar sea indignante y vejatorio, pero la fórmula produce audiencia que se traduce en réditos dinerarios. A tal respecto aparte de recordarles el anteriormente citado “Código Deontológico aprobado en la Asamblea Ordinaria de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE), en Sevilla, el día 27 de noviembre de 1993.” existen también la decencia y el honor de la humanidad personal que en realidad debieran de ser más importantes que los emolumentos económicos que pueden llegar dar de si este tipo de practicas periodísticas, también existe una “Guía Para el Correcto Uso del Lenguaje” editada y actualizada por la Asociación de Transexuales De Andalucía, la cual se presentó públicamente el pasado 29 de Noviembre y está a disposición en formato impreso o digital para que cualquier persona que se dedique a la dignísima profesión de la comunicación la solicite.
En fin, que debieran todos y todas repensar una y otra vez cuando se dirigen a persona que merecen y con mucha dignidad y valentía el respeto de la sociedad, en este caso a la personas transexuales, la forma en la que se nos trata mediaticamente y socialmente, porque no nos diferenciamos conceptualmente en absolutamente nada a las personas no transexuales.
Haizea Caballero Ruiz