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lunes, 17 de diciembre de 2007

Jon Fernández, transexual masculino del País Vasco "No somos bichos raros"


Apuesta por visibilizar la transexualidad porque considera que es la única forma de normalizar lo que la gente opina sobre este colectivo, para que no piensen que son unos "bichos raros"
Noticia Álava-. De Ziortza no queda más que el nombre inscrito en la partida de nacimiento y dentro de poco tiempo ni eso. Hablamos con Jon Fernández, transexual muy alejado de los estereotipos, en algunos casos interesados, que se manejan en torno a este colectivo de hombres y mujeres.
Ni se dedica a la prostitución ni al mundo artístico: Jon tiene 27 años, es biólogo, prepara el doctorado, estudios que compatibiliza con su trabajo en una biblioteca. Es uno de los 180 transexuales reconocidos que viven en el País Vasco, un colectivo vulnerable y expuesto a un gran riesgo de exclusión social.
No es el caso de Jon, quien en ningún momento ha sentido en carne propia la discriminación. "Reconozco que no he tenido los problemas de otros muchos, pero sí soy consciente de la discriminación que sufren muchos transexuales".
Ni en su más tierna infancia se reconocía en el cuerpo de Ziortza. A él eso de vestirse de niña y jugar con muñecas no le iba, porque se sentía un niño. "Hasta que salí del armario -cuando acabé la universidad- me identifiqué con la etiqueta de lesbiana, aunque nunca asumí serlo", reconoce. Cuando les contó a sus aitas su orientación sexual se sorprendió de su reacción. "Siempre había vivido en un ambiente progre y mis aitas lo eran. Sin embargo, les costó muchísimo aceptar mi situación; sobre todo a mi ama. Fue una situación penosa. No me lo esperaba, pero al principio lo llevaron muy mal", reconoce Jon, quien aún vive en el domicilio familiar a la espera de poder independizarse.
Jon se encuentra en pleno tratamiento hormonal -que sabe que será de por vida- y en agosto se sometió a una mastectomía, el segundo paso será la extirpación del útero y los ovarios, "intervención para la que aún no me he decidido". Aún no se ha acogido a la Ley de Identidad de Género que le permitirá, de una vez por todas, que su nombre aparezca en los documentos oficiales.
Lejos de la imagen que la gente tiene de los transexuales "que enseguida piensan en Bibiana Fernández o en Amor de Gran Hermano", Jon lleva una existencia de lo más normal. Trabaja, tiene una novia heterosexual a la que conoció en la facultad, sus estudios, aficiones. "Es que no somos bichos raros. Vivimos como cualquier otra persona".
Si la sexualidad masculina resulta complicada, aún lo es mucho más la situación de las lesbianas. "Las mujeres están doble o triplemente discriminadas. Esto sí que no se está normalizando. Los hombres estamos saliendo del armario, pero ellas lo tienen muchísimo más duro".
Se liberó y vive más feliz desde que decidió hablar abiertamente sobre su sexualidad y por ello no tiene ningún inconveniente en salir en fotografías y darse a conocer.
Aunque manifiesta estar dececpcionado por no haber logrado, cuando asistieron a la Comisión de Sanidad del Parlamento, que se aprobara la realización de intervenciones de reasignación de sexo en Euskadi, Jon asegura que no cejará en el empeño de seguir trabajando para que en un futuro no muy lejano esta prestación se realice en la CAPV

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