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viernes, 1 de agosto de 2008

Catalunya abre su archivo de 'vagos y maleantes'

La Generalitat permite ver 24.733 expedientes datados entre 1933 y 1985
Antonio Ruiz se declaró homosexual a los 17 años, en marzo de 1976, en Xirivella (Valencia). No era fácil aceptar esa condición en aquella época, por lo que su familia pidió ayuda a una monja. La religiosa, sin embargo, delató al chico por... vago y maleante.
El caso de Antonio, que actualmente preside la Asociación de Ex Presos Sociales, está registrado entre los 24.377 expedientes de los antiguos juzgados de vagos y maleantes que la Conselleria de Justícia de la Generalitat de Catalunya ha catalogado, ordenado y clasificado en los últimos tres años y que ayer presentó en rueda de prensa. El archivo de los juzgados podrá consultarse, con las convenientes reservas de identidad.
La Ley de vagos y maleantes se instauró en tiempos de la Segunda República, pero durante el franquismo se convirtió en una herramienta represora. Para catalogar los expedientes, Bibiana Palomar, jefa archivística de documentación y bibliotecas, responsable del archivo, ha leído los expedientes uno por uno y asegura que son una documentación histórica valiosísima.
El archivo incluye mil y una anécdotas sobre detenciones de prostitutas, vagos, alcohólicos, homosexuales, transexuales, mendigos, trileros, enfermos mentales, toxicómanos... "Aparece también quién delataba a quién, vecinos que intentaban limpiar su nombre acusando a otros", explica Palomar.
Violación en el calabozo
La detención de Ruiz a causa de su orientación sexual fue traumática. "Llegaron cuatro secretas a mi casa de madrugada, en un coche camuflado y me llevaron a la central de la Policía", recuerda. "Me tuvieron tres días en los calabozos interrogándome para que denunciara a otros homosexuales, fui violado por un preso a instancias de un gris: ‘Éste es un maricón, ya sabes lo que tienes que hacer con él', le dijo. Pero no solté prenda". El joven se pasó tres meses en cárceles (Valencia, Madrid, Badajoz) y un año desterrado a 100 kilómetros de su pueblo.
La Asociación de Ex Presos Sociales agrupa a unos 80 homosexuales, transexuales y lesbianas que fueron condenados por ello. "Los que quedamos vivos", deduce Ruiz. Celebran la catalogación de esos expedientes porque les será muy útil en la negociación que mantienen con el gobierno para lograr indemnizaciones como represaliados. "Estamos muy satisfechos. Catalunya, una vez más, se destaca en la recuperación de la memoria histórica y en la defensa de la libertad", comenta. Ahora Antonio Ruiz exige que también se ordenen los expedientes penitenciarios sobre homosexualidad.

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