"Hemos avanzado mucho en los derechos de los transexuales, pero todavía queda camino por andar"
Además de actriz de moda, Carla Antonelli fue la primera transexual de la Comunidad de Madrid que pidió que su verdadera identidad figurase en los documentos oficiales al aprobarse la Ley de Identidad de Género en 2007
Además de actriz de moda, Carla Antonelli fue la primera transexual de la Comunidad de Madrid que pidió que su verdadera identidad figurase en los documentos oficiales al aprobarse la Ley de Identidad de Género en 2007
Diario Noticias-. Antonelli, canaria de nacimiento, es hoy día una actriz conocida por sus trabajos en películas como Extraños o No me des tormento , además de participar en series actuales como El síndrome de Ulises y de ser tertuliana del programa de Telecinco La Noria. Hace dos semanas tuvo tiempo para desplazarse hasta Estella e impartir una charla sobre la transexualidad titulada ¿Qué es lo normal? Como activista comprometida con la causa, en apenas una hora repasó cómo han evolucionado los tiempos y los derechos de los transexuales en las últimas décadas. "Está claro que hemos avanzado mucho en conseguir derechos, pero todavía queda mucho camino por andar", dijo como conclusión a su ponencia ante algo más de cien personas que acudieron a escucharle hasta los cines Los Llanos. "En los años setenta a los transexuales nos metían en la cárcel, así que era imposible, por ejemplo, que fuéramos a estudiar a las universidades. Nuestras únicas salidas eran el comercio sexual y el espectáculo. Ahora, en cambio, ninguno tendrá que ponerse en una esquina por obligación; si lo hace, será libremente".
Antonelli recordó cómo ha avanzado la legislación en los últimos tiempos, explicando, por ejemplo, que hasta el año 1983 someterse a una cirugía de reasignación de órganos (cambio de sexo) "estaba considerado como un delito de mutilación, tanto por parte del paciente como del cirujano que la hacía".
Todo eran dificultades, señaló. "En 1980 un juez de Sevilla dictó una sentencia contra un transexual y venía a decir que si había nacido hombre a la tumba se iría hombre. Había muchos prejuicios, hasta que en 1987 el Tribunal Supremo le dejó cambiarse el nombre a una mujer de las Islas Canarias. Aquello fue otro avance pero pasaron años en los que los transexuales quedaban en un limbo legal. Se posibilitó más adelante el cambio de nombre y de sexo aunque no era real; te ponían anotaciones en los documentos como 'ficción de hombre' y, además, no nos podíamos casar, ni con un hombre ni con una mujer", explicó la actriz. "Cuando un transexual quería casarse alegaban que en alguna parte escondida de su cuerpo su cromosoma no era el de mujer, por lo tanto era un hombre. Y como en España no existía el matrimonio homosexual...".
Antonelli recuerda con esperanza el año 2006. Había llegado al Gobierno el PSOE bajo la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero y entre sus promesas electorales estaba la legalización del matrimonio homosexual. "Yo soy socialista, pero creo que si no hubieran estado tantos años en la oposición no hubieran adoptado estos compromisos. Si hubiera seguido Felipe González no habría habido cambios. Yo, por eso, estoy a favor de la renovación de partidos en el poder, porque si no se acomodan todos", comentó.
Sin embargo, también critica que otra ley fundamental para este colectivo, como era la Ley de Identidad de Género, quedase aparcada. Con ella se conseguiría que los transexuales pudieran cambiar sus nombres y su sexo en los registros y documentos. "El Gobierno, por miedo a reacciones como la del Foro de la Familia, la dejó aparcada. Y apenas quedaba un año y medio de legislatura. Yo llevaba 30 años luchando por un sueño, una ley que nos reconociera sin tener que depender del criterio de los jueces. Tuve un gran conflicto por mis creencias políticas socialistas, pero puse por delante mis principios fundamentales como ser humano".
En abril de 2006 amenazó con iniciar una huelga de hambre si el Gobierno del PSOE no establecía una fecha para sacar adelante esta ley. "Me levanté en armas contra mi partido, mi Gobierno y mi presidente. Sólo fui el detonante, pero no se hubiera conseguido de no ser por la reacción de los colectivos de Euskadi, Andalucía o Cataluña. Y, por fin, el 1 de marzo (2007) se hizo realidad".
Antonelli recordó cómo ha avanzado la legislación en los últimos tiempos, explicando, por ejemplo, que hasta el año 1983 someterse a una cirugía de reasignación de órganos (cambio de sexo) "estaba considerado como un delito de mutilación, tanto por parte del paciente como del cirujano que la hacía".
Todo eran dificultades, señaló. "En 1980 un juez de Sevilla dictó una sentencia contra un transexual y venía a decir que si había nacido hombre a la tumba se iría hombre. Había muchos prejuicios, hasta que en 1987 el Tribunal Supremo le dejó cambiarse el nombre a una mujer de las Islas Canarias. Aquello fue otro avance pero pasaron años en los que los transexuales quedaban en un limbo legal. Se posibilitó más adelante el cambio de nombre y de sexo aunque no era real; te ponían anotaciones en los documentos como 'ficción de hombre' y, además, no nos podíamos casar, ni con un hombre ni con una mujer", explicó la actriz. "Cuando un transexual quería casarse alegaban que en alguna parte escondida de su cuerpo su cromosoma no era el de mujer, por lo tanto era un hombre. Y como en España no existía el matrimonio homosexual...".
Antonelli recuerda con esperanza el año 2006. Había llegado al Gobierno el PSOE bajo la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero y entre sus promesas electorales estaba la legalización del matrimonio homosexual. "Yo soy socialista, pero creo que si no hubieran estado tantos años en la oposición no hubieran adoptado estos compromisos. Si hubiera seguido Felipe González no habría habido cambios. Yo, por eso, estoy a favor de la renovación de partidos en el poder, porque si no se acomodan todos", comentó.
Sin embargo, también critica que otra ley fundamental para este colectivo, como era la Ley de Identidad de Género, quedase aparcada. Con ella se conseguiría que los transexuales pudieran cambiar sus nombres y su sexo en los registros y documentos. "El Gobierno, por miedo a reacciones como la del Foro de la Familia, la dejó aparcada. Y apenas quedaba un año y medio de legislatura. Yo llevaba 30 años luchando por un sueño, una ley que nos reconociera sin tener que depender del criterio de los jueces. Tuve un gran conflicto por mis creencias políticas socialistas, pero puse por delante mis principios fundamentales como ser humano".
En abril de 2006 amenazó con iniciar una huelga de hambre si el Gobierno del PSOE no establecía una fecha para sacar adelante esta ley. "Me levanté en armas contra mi partido, mi Gobierno y mi presidente. Sólo fui el detonante, pero no se hubiera conseguido de no ser por la reacción de los colectivos de Euskadi, Andalucía o Cataluña. Y, por fin, el 1 de marzo (2007) se hizo realidad".
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