Mientras su vecino del sur discute si permitir o no a personas abiertamente gays y lesbianas servir en sus Fuerzas Armadas, Canadá acaba de aprobar un protocolo que clarifica la política que su Ejército debe seguir hacia sus miembros transexuales. Y lo hace, además, de una forma muy positiva.
El protocolo establece que los militares transexuales canadienses deberán ser tratados y vestir el uniforme que corresponda a su identidad de género (masculino en el caso de los varones transexuales, femenino en el caso de las mujeres transexuales) independientemente de que hayan completado o no su proceso de reasignación, al mismo que se les garantizará privacidad y respeto. No deberán justificar, por ejemplo, el cambio de nombre en los documentos militares.
“Es un paso muy importante hacia el reconocimiento de una comunidad que siempre ha luchado por los mismos derechos”, ha declarado con satisfacción Cherie MacLeod, directora ejecutiva de la organización LGTB canadiense PFLAG Canada (Parents, Families and Friends of Lesbians and Gays). “Cuando un Gobierno se vuelve más inclusivo, con el tiempo le sigue la sociedad”, ha añadido.
Se da la circunstancia de que el Ejército canadiense corre con los gastos del proceso de reasignación de sus miembros transexuales desde 1998.
“Es un paso muy importante hacia el reconocimiento de una comunidad que siempre ha luchado por los mismos derechos”, ha declarado con satisfacción Cherie MacLeod, directora ejecutiva de la organización LGTB canadiense PFLAG Canada (Parents, Families and Friends of Lesbians and Gays). “Cuando un Gobierno se vuelve más inclusivo, con el tiempo le sigue la sociedad”, ha añadido.
Se da la circunstancia de que el Ejército canadiense corre con los gastos del proceso de reasignación de sus miembros transexuales desde 1998.
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