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jueves, 17 de febrero de 2011

25 Años después Mujer Transgénero vuelve y recupera su Carrera como destacada Pianista Clásica en EEUU

Antes de su transición Sara Davis Buechner, foto, ya era una prominente pianista clásica. Y cuando en septiembre de 1998, a los 39 años de edad, se presentó ante el mundo como una mujer transexual/transgénero, le explicó a todos que a partir de ese momento ella iba a vivir y actuar como la mujer que siempre había sabido que era.

Traducción Rava para el Diario Digital Transexual-. * Desde la primera vez que tomó clases de piano a los 3 años de edad, cuando ya sabía que sería pianista, y también sabía que en realidad era una niña. ("En el patio de recreo, los niños me gritaban que no era un chico sino una chica. Y yo pensaba, ‘Pues claro que tienen razón.’)

Los años difíciles que vinieron más tarde, cuando cayó en el consumo excesivo de alcohol y en la depresión, recuerda, se debieron a que no pudo vivir como ella misma durante todo ese tiempo.

Luego de declararse como mujer transgénero, la pianista desapareció de la vista pública, aunque no por su propia elección.

Antes de su transición Buechner hacía 50 conciertos al año -actuando con las orquestas filarmónicas de Nueva York, Filadelfia, Cleveland y San Francisco- pero ahora como Sara, no pudo conseguir contratos. “Aparte de unas pequeñas presentaciones a nivel local, de 1998 a 2003, tan sólo pude dar tres conciertos al año.”

Antes también era profesora en la Escuela de Música de Manhattan y en la Universidad de Nueva York, y sin embargo, como Sara, “Apliqué en 35 lugares y no obtuve ni siquiera una respuesta. Me enteré que decían, a mis espaldas, ‘¿Será seguro para ellos dejarlo que de clases en una habitación llena de jóvenes universitarios?”

Entonces se marchó de Manhattan, donde siempre obtuvo el tipo de atención que nadie buscaría ("En la fila del banco, me decían, ‘Tú eres el chico que vive en el sexto piso y que se hizo un cambio de sexo"), así que se mudó al Bronx, donde nadie la conocía y podía ser sólo Sara. Consiguió un trabajo como maestra de piano para niños, ganando un tercio de lo que antes recibía como concertista.

Todo esto ocurrió antes de que los grupos gays y lesbianos agregaran la “T” al movimiento LGTB. La visibilidad de las personas trans apenas si comenzaba.

Algo que estuvo a su favor fue que Yamaha nunca dejó de ser su patrocinador, y que la disquera Clásicos Koch continuó lanzando sus álbumes, incluso ahora que tenía otro nombre. El crítico Anthony Tommasini escribió: "No me puedo imaginar esta música interpretada con más integridad y afecto."

En agosto de 2002, cuando Buechner estaba tocando en un festival de verano en una granja en el estado de Nueva York, fue abordada por Carrie Feiner, una antigua compañera en la Escuela de Música Juilliard. Feiner se sorprendió de encontrar tocando en una granja a la que había sido una de las alumnas más talentosas y se ofreció a ayudarle a conseguir algunos conciertos.

Acostumbrada a que tantas personas le ofrecieran algo y luego la abandonaran, Buechner se sintió escéptica al principio, (su amiga Feiner era madre de cuatro hijos) pero Carrie Feiner le fue llenando su agenda poco a poco. “Sara necesita tocar mucho, no importa dónde”, decía, “Quiero que todo el mundo escuche estas bellas interpretaciones y con suerte, que se unan a nosotras”.

En 2003, Sara Buechner fue seleccionada de entre una lista de 100 candidatos y candidatas altamente calificados, para trabajar como profesora de piano en la Universidad de Columbia Británica en Vancouver, Canadá.

En 2005, aprovechando que Canadá tiene una ley de matrimonio gay, Sara Buechner y su compañera de más de una década, una mujer japonesa, contrajeron matrimonio en Vancouver.

Por otro lado la corazonada de su agente Feiner resultó ser cierta y los conciertos se fueron haciendo cada vez más grandes, comenzando por la Orquesta de Cámara de Montreal, e incluyendo apariciones con las orquestas de radio más importantes del país.

En noviembre pasado, Buechner celebró los 25 años de su primer debut en Nueva York y la sala de 400 asientos se encontraba llena. El público aplaudió de pie en varias ocasiones. Sus padres y su hermano viajaron de otros estados para verla.

Sara Buechner realiza actualmente 60 conciertos al año, más de lo que hacía antes de su transición. Incluso si no pudiera reconstruir del todo su carrera, Sara se considera ahora una mujer afortunada.

*Traducción de Rava del artículo del New York Times, para Diario Digital Transexual.

Fuente: www.carlaantonelli.com

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