
"Nadie me molesta. Creo que todos entienden," dice Wren. "Si alguien aún no lo sabe y sale el tema, le cuento. No siento ningún tipo de vergüenza."
Gracias a la asistencia del psiquiatra contratado por la propia familia quien recomendó dar todas las facilidades para la transición física y social, Wren ya está recibiendo los bloqueadores de pubertad para evitar los cambios físicos irreversibles de acuerdo al sexo que no reconoce como propio, eliminando con ello la ansiedad y la depresión que la proximidad de esos cambios trae a los niños transexuales.
Mientras tanto, Wren dice que sueña con llegar a ser ya sea un fotógrafo, o "quizás un psicólogo para las personas como yo."
Via "The Transadvocate"
A partir de la nota de "CBC News"
http://www.cbc.ca/news/
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