VIDEOS

CONOCENOS

DOCUMENTOS

PRENSA

sábado, 13 de junio de 2009

Hombres que aspiran a ser madres

Suelen sentirse errores de la naturaleza. Los transexuales son personas con alma de hombres nacidos con atributos de mujer. O viceversa. Prácticamente todos dedican gran parte de sus vidas a corregir ese error. Aunque son los menos, también están los aprovechan sus armas de mujer para conseguir lo que ningún hombre puede ni imaginar: quedarse embarazados. Engendrar un hijo no es, para ellos, un deseo masculino o femenino. Simplemente responde una necesidad humana. Para los transexuales que se sienten machos de los que desean un pene de verdad, les parece una aberración que otros ensucien lo que tanto les costó.

El cuerpo humano cuenta con dos vertientes que deben estar sincronizadas: la biológica y la social. Cuando una mujer se siente hombre, o viceversa, modifica su cuerpo para ponerlos en sintonía. Aprovecharse de su condición de mujer, “es bastante contradictorio”, confiesa José Luis Sánchez, psicólogo y sexólogo. Contradictorio porque quieren escapar de un cuerpo que dicen no corresponderles y, a la vez, se aprovechan de un asunto que, por lo menos hasta ahora, sólo era de faldas. Seguro que le suena la historia de Rubén, el primer transexual español en quedarse embarazado de gemelos. El martes abortó de forma natural. Por fuera, es un tipo con la barba y las espaldas de cualquier chaval de 25 años. Ha confesado que piensa, actúa y siente como un macho. Por dentro, todavía es mujer. Quiere ser madre biológica y padre natural. Por eso acudirá a su médico para que lo vuelvan a fecundar. ¿Se puede ser hombre y madre a la vez?
Aparcando a un lado el shock que genera imaginar a un hombre embarazado, el impacto es más ético que médico. Sánchez confiesa abiertamente que Rubén simplemente se aprovecha de su condición biológica de tener un poco de cada sexo. “Rubén es heterosexual. Está enamorado de su novia Esperanza, pero ella no puede tener hijos. Simplemente se aprovechan de un recurso del que dispone. ¿Cuántos hombres no estarían dispuestos a dar a luz si pudieran hacerlo?”. Ahí queda la pregunta. Casi por obligación surge la siguiente: cómo explicar a los niños cuando crecen que fue su padre quien los parió y biológicamente su madre no es su madre. “Hay que naturalizar la situación y explicarla tal cual es. La realidad es muy similar a cuando los homosexuales tienen familia. ¿Cómo explicas que tiene dos padres o dos madres?”.

Para más de un transexual que ha pasado el calvario que supone aceptar y que acepten que tú no eres tú, sino que estás atrapado en un sexo que no te corresponde, no le hace ninguna gracia este revuelo mediático. “Si Rubén estaba convencido de que quería ser hombre, que sea con todas las consecuencias. Si quería tener hijos, podía haber adoptado, hay muchos niños sin familia. La decisión de cambiar de sexo no debió de meditarla mucho si no ha sido capaz de aceptarla con todas sus consecuencias e interiorizarla por completo”, confiesa un transexual que renunció a su condición de madre porque, ante todo, se sentía hombre. “Yo no fui un hombre pleno hasta que no me cambié de sexo. No entiendo cómo Rubén puede sentirse un macho si se quedó preñado. Eso es cosa de mujeres, no de hombres que sueñan con el día en que puedan mear en la rueda de un camión”.

En el bando contrario se muestra Mar Cambrollé, la presidenta de la Asociación de Transexuales de Andalucía. Apoya moralmente a Rubén alegando que el sentimiento de ser padre o madre no entiende de género. Y erre que erre con la pregunta: “¿Qué hombre, si pudiera, no daría a luz?”. Para Cambrollé, Rubén es tan transexual como cualquier otra persona que se haya hecho propia una identidad del género contrario. “Ningún individuo en particular representa a un colectivo en general. Desde la diversidad que engloba mi asociación, respeto la decisión de Rubén de querer tener sus propios hijos, ya que puede tenerlos”. No todos los transexuales sienten la misma necesidad de engendrar hijos, “igual que una pareja de heterosexuales que decide no tener familia”.

El propio afectado admitió que los primeros en rechazar su embarazo fueron los médicos. Sólo un hospital, cuyo nombre es secreto de sumario, se brindó a inseminarle. Rubén quiere casarse por lo civil con Esperanza para que ella fuera legalmente la madre de sus hijos y él simplemente figurar como padre. La sociedad parece que se prepara para recibir a hombres aspirantes a ser madres.

No hay comentarios: