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martes, 21 de septiembre de 2010

Muxhes: el tercer sexo

Hubo un tema durante mi último viaje a México que toqué de manera muy tangencial en su momento en este blog, pero que creo que merece la pena recuperar.

Es la historia de las muxhes, los homosexuales de Juchitán, una localidad del estado de Oaxaca, donde históricamente han tenido un papel relevante dentro de la sociedad. La cultura zapoteca, la mayoritaria en este itsmo de Tehuantepec, no solo acepta la homosexualidad, sino que le otorga un papel y una posición social dentro del grupo mucho más relevante e importante que en cualquier otro lugar de Sudamérica. Y todo esto en un país reconocidamente machista como México.

Entrevisto a Felina (nacida Ángel), una de las líderes de la comunidad muxhe. Regenta una peluquería unisex cerca del Zócalo de Juchitán.

¿Por qué hay muxhes en Juchitán y no en otras partes del país? No hay más, es el mismo porcentaje, pero gracias a la libertad que tenemos aquí no tenemos que escondernos, somos mas visibles. Yo puedo andar en este Estado, puedo entrar a cualquier lado y no me estoy escondiendo detrás de una camisa y un pantalón. El que es hombre es hombre, la que es mujer es mujer y el que es muxhe es muxhe. Si, podríamos decir que es un tercer sexo.

¿Es cierto que las madres pueden fomentar que un hijo sea muxhe porque le cuidará mejor al final de sus días? No, no creo. Si un hijo nace muxhe las mamas lo aceptan, pero de ahí a llegar a decir “yo quiero que este hijo sea muxhe”, no. Además no se puede. Otra cosa es los papas, por el machismo de México, alguno ha intentado matar a su hijo cuando se enteró de que era muxhe...

¿Y por que dices que no sois gays? A diferencia de otras partes, nuestras relaciones son con un hombre heterosexual. No nos acostamos con otro muxhe. Eso pasa en Oaxaca. Aquí no funciona, nuestras parejas son hombres. En Oaxaca son gays, para nosotros son maricones.Anteriormente aquí la virginidad era muy importante, si no eras virgen te regresaban a tu casa. Anteriormente la mujer tenía que llegar virgen al matrimonio, su novio era de besos, no podía tocar más de donde debe. Por ese motivo las muxhes tuvieron su auge en aquellos tiempos.Se organizaban en la noche alguna esquina de un parque o en algún lugar donde sabían que el hombre tenía que pasar después de ir a ver a su novia y el hombre tenia dos opciones, masturbarse o tener relaciones con las muxhes. Por ahí empezaba.

¿Y que opinan las mujeres juchitecas de que su marido o su novio vaya con una muxhe? Todo era muy escondido, algunas tenían problemas pero la mayoría hacían que no les importaba, socialmente no era una infidelidad. Si el hombre se iba con otra mujer si era infidelidad. Pero si iba con una muxhe, no era infiel. Era más hombre aún.

A los hombres que tienen a una muxhe como querida se les llama mayates en Juchitán. El mayate chulea al muxhe, es ella la que paga todos los gastos, la cerveza, las borracheras, los caprichos. Ella está enamorada de él; el se aprovecha de la situación. Los muxhes son muy laboriosos, casi todos (o casi todas, ni la misma Felina se aclara si debemos hablar en masculino o en femenino) tienen trabajos bien remunerados, pequeñas empresas, forman parte del tejido productivo de la comunidad. Se han dado casos de muxhes que han pagado la boda de su mayate y hasta los estudios de sus hijos. Su esposa, la mayoría de las veces, sabe... pero calla.

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