De un tiempo a esta parte, en vez de haber aprendido la diferencia entre Identidad de Género (ser mujer o varón) y Orientación Sexual (ser heterosexual, homosexual o bisexual), parece que hemos ahondado en la ignorancia más atrevida y patética.
No sólo es en la calle, incomprensiblemente cada vez más entre los jóvenes, si no que es desde los Medios de Comunicación donde se proyecta una imagen equivocada y/o distorsionada de la realidad LGTB, y en particular, de lo concerniente a personas transexuales.
En el programa de La Sexta, SLQH, el pasado día 30 de enero intentaron hacer una broma a costa de una mujer transexual que había participado el día anterior en el talk show de Antena 3, El Diario, porque habiendo realizado un cambio de sexo, se definía como lesbiana. Cuestión que parece a los guionistas no les entra en la cabeza; obviando que alguien que cambia de sexo puede ser heterosexual, homosexual o bisexual, en relación a su nueva condición. Y arrastrando con ellos, no sé si por afinidad ideológica, a los presentadores, Patricia Conde y Ángel Martín. Al igual que en una anterior entrega del mismo espacio lo hicieron a costa de la periodista, Chelo García Cortés, quien en una entrevista dio a entender que era bisexual; opción que parece para ellos no existe.
Estas bromas, si no fueran patéticas, serían hasta divertidas. Chicos, para aprender (EpC) está la escuela: así que cogeos de la mano y uno tras otro de vuela a ella.
Aunque a veces pienso que tenemos la culpa las propias personas que hemos sido, somos o seremos… transexuales. Y es la última vez que me refiero como transexual a alguien que, habiendo culminado su proceso legal, tenga reconocida su Identidad en todo tipo de documentos oficiales; por ejemplo: que en el DNI en la casilla relativa al sexo ponga {V/M} o {M/F}, denominándoles varón o mujer, según corresponda; dejando el término de persona transexual (hombre o mujer, dependiendo de su Identidad) a quienes están en el transito.
Todo esto viene al hilo de otra polémica que ha surgido por la posible (ignoro a estas horas si se ha hecho efectiva) presentación de la televisiva Amor a un certamen de Reina del Carnaval en Canarias; a lo que se han opuesto algunas personas. Poniendo en duda su idoneidad, en base a su pasado o a que podría restar posibilidades a muchachas que “sueñan desde niñas con ser Reinas del Carnaval”, según palabras de una de las más furibundas opositoras a que se presentase, por cierto, con parecido pasado. Y yo pregunto: ¿hay algo en las bases del certamen que lo impida expresamente? A menos que sea un motivo de demanda por discriminación, no hace falta que me respondan a mí, pues en realidad me importa muy poco este tipo de eventos, a menos que sea yo quien los presente y me lleve una pasta por hacerlo. Con que lo resuelvan fuera de las cámaras me conformo, pues esta publicidad es negativa para la integración social de aquellas personas que tan sólo sueñan con normalizar su vida y hacerlo lo más discretamente posible. Y por cuyos derechos vienen luchando las diferentes asociaciones LGTB.
Que existan hombres y mujeres que continúen luchando por los derechos transexuales y LGB en general, aceptando que se les presente como tal, no debe ser óbice para que se reconozca que dejaron de serlo, para ser sólo hombres y mujeres como los demás; con sus defectos y sus virtudes, sintiendo atracción por uno, otro o los dos sexos. Mi reconocimiento a todos ellos por su trabajo y dedicación; y por prestar su imagen, voz y escritos para defenderlos. Esta plataforma, y similares, es buena prueba de ello. Porque sin su ejemplo y apoyo yo no habría podido escribir esta líneas.
María José Hernández
presidenta de Bolo-Bolo
No sólo es en la calle, incomprensiblemente cada vez más entre los jóvenes, si no que es desde los Medios de Comunicación donde se proyecta una imagen equivocada y/o distorsionada de la realidad LGTB, y en particular, de lo concerniente a personas transexuales.
En el programa de La Sexta, SLQH, el pasado día 30 de enero intentaron hacer una broma a costa de una mujer transexual que había participado el día anterior en el talk show de Antena 3, El Diario, porque habiendo realizado un cambio de sexo, se definía como lesbiana. Cuestión que parece a los guionistas no les entra en la cabeza; obviando que alguien que cambia de sexo puede ser heterosexual, homosexual o bisexual, en relación a su nueva condición. Y arrastrando con ellos, no sé si por afinidad ideológica, a los presentadores, Patricia Conde y Ángel Martín. Al igual que en una anterior entrega del mismo espacio lo hicieron a costa de la periodista, Chelo García Cortés, quien en una entrevista dio a entender que era bisexual; opción que parece para ellos no existe.
Estas bromas, si no fueran patéticas, serían hasta divertidas. Chicos, para aprender (EpC) está la escuela: así que cogeos de la mano y uno tras otro de vuela a ella.
Aunque a veces pienso que tenemos la culpa las propias personas que hemos sido, somos o seremos… transexuales. Y es la última vez que me refiero como transexual a alguien que, habiendo culminado su proceso legal, tenga reconocida su Identidad en todo tipo de documentos oficiales; por ejemplo: que en el DNI en la casilla relativa al sexo ponga {V/M} o {M/F}, denominándoles varón o mujer, según corresponda; dejando el término de persona transexual (hombre o mujer, dependiendo de su Identidad) a quienes están en el transito.
Todo esto viene al hilo de otra polémica que ha surgido por la posible (ignoro a estas horas si se ha hecho efectiva) presentación de la televisiva Amor a un certamen de Reina del Carnaval en Canarias; a lo que se han opuesto algunas personas. Poniendo en duda su idoneidad, en base a su pasado o a que podría restar posibilidades a muchachas que “sueñan desde niñas con ser Reinas del Carnaval”, según palabras de una de las más furibundas opositoras a que se presentase, por cierto, con parecido pasado. Y yo pregunto: ¿hay algo en las bases del certamen que lo impida expresamente? A menos que sea un motivo de demanda por discriminación, no hace falta que me respondan a mí, pues en realidad me importa muy poco este tipo de eventos, a menos que sea yo quien los presente y me lleve una pasta por hacerlo. Con que lo resuelvan fuera de las cámaras me conformo, pues esta publicidad es negativa para la integración social de aquellas personas que tan sólo sueñan con normalizar su vida y hacerlo lo más discretamente posible. Y por cuyos derechos vienen luchando las diferentes asociaciones LGTB.
Que existan hombres y mujeres que continúen luchando por los derechos transexuales y LGB en general, aceptando que se les presente como tal, no debe ser óbice para que se reconozca que dejaron de serlo, para ser sólo hombres y mujeres como los demás; con sus defectos y sus virtudes, sintiendo atracción por uno, otro o los dos sexos. Mi reconocimiento a todos ellos por su trabajo y dedicación; y por prestar su imagen, voz y escritos para defenderlos. Esta plataforma, y similares, es buena prueba de ello. Porque sin su ejemplo y apoyo yo no habría podido escribir esta líneas.
María José Hernández
presidenta de Bolo-Bolo
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