· La sentencia del Supremo acaba con la utilización de la educación como arma política y como herramienta de expansión de la homofobia.
· Trabajar por el respeto a la diversidad afectivo-sexual y contra la discriminación no es adoctrinamiento, es fomentar la igualdad que reconoce la Constitución
· Trabajar por el respeto a la diversidad afectivo-sexual y contra la discriminación no es adoctrinamiento, es fomentar la igualdad que reconoce la Constitución
[28/01/09] Tras los primeros datos que nos llegan de la sentencia del Supremo sobre la objeción a la asignatura Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, desde la FELGTB queremos felicitar a toda sociedad, pues a nuestro juicio, la sentencia del Supremo viene a introducir racionalidad en un debate artificial, un arma política cargada de homofobia contra una asignatura que sólo pretende educar en valores comunes mínimos, para beneficio de todos y todas.
Para la FELGTB, trabajar en los centros educativos por la aceptación de la diversidad afectivo-sexual, lejos de ser adoctrinamiento, es una necesidad prioritaria. Esta necesidad es reconocida por la LOE y viene avalada por las preocupantes cifras de agresiones y acoso escolar a las y los jóvenes lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB). La igualdad de los ciudadanos y ciudadanas, independientemente de su orientación sexual, su identidad de género o su filiación, es un derecho reconocido por la Constitución. Esto es lo que enseña la asignatura y a lo que se oponen una minoría de familias. Afortunadamente, hoy, el Tribunal Supremo ha dejado claro que la libertad de educar de las y los progenitores no incluye el evitar que sus hijos e hijas se formen en el valor constitucional de igualdad y respeto.
Para Jesús Generelo, coordinador de Educación de la FELGTB, esta sentencia “por fin pone coto a los prejuicios”. “La educación contra la homofobia y el respeto a la diversidad familiar son una necesidad en la educación. Si hay algo que tiene que quedar fuera de la educación son los prejuicios y la discriminacion, no la igualdad”, ha declarado.
Antonio Poveda, presidente de la FELGTB por su parte ha afirmado que “defender una educación que discrimina, se disfrace de “libertad religiosa” o se vista de “derecho a elegir la educación moral de los hijos”, no es justificable en ningún caso. Celebramos una sentencia necesaria que, esperamos, ponga razón en lugar de fanatismo“.
Para la FELGTB, trabajar en los centros educativos por la aceptación de la diversidad afectivo-sexual, lejos de ser adoctrinamiento, es una necesidad prioritaria. Esta necesidad es reconocida por la LOE y viene avalada por las preocupantes cifras de agresiones y acoso escolar a las y los jóvenes lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB). La igualdad de los ciudadanos y ciudadanas, independientemente de su orientación sexual, su identidad de género o su filiación, es un derecho reconocido por la Constitución. Esto es lo que enseña la asignatura y a lo que se oponen una minoría de familias. Afortunadamente, hoy, el Tribunal Supremo ha dejado claro que la libertad de educar de las y los progenitores no incluye el evitar que sus hijos e hijas se formen en el valor constitucional de igualdad y respeto.
Para Jesús Generelo, coordinador de Educación de la FELGTB, esta sentencia “por fin pone coto a los prejuicios”. “La educación contra la homofobia y el respeto a la diversidad familiar son una necesidad en la educación. Si hay algo que tiene que quedar fuera de la educación son los prejuicios y la discriminacion, no la igualdad”, ha declarado.
Antonio Poveda, presidente de la FELGTB por su parte ha afirmado que “defender una educación que discrimina, se disfrace de “libertad religiosa” o se vista de “derecho a elegir la educación moral de los hijos”, no es justificable en ningún caso. Celebramos una sentencia necesaria que, esperamos, ponga razón en lugar de fanatismo“.
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