El colectivo alerta sobre la fuerte discriminación que sufren las mujeres transexuales porque muchas de ellas son empujadas a la prostitución
Un minuto de silencio volvió a vivir ayer el parque de la Vega en protesta por el asesinato de más de 60 mujeres en lo que va de año. Esos sesenta segundos de calma arroparon una vez más esta cita mensual del Consejo de la Mujer y de las entidades miembro. Callaron por todas. Por la mujer que murió hace unos días tras los golpes que le asestó su ex pareja con una azada en una localidad granadina. Por la mujer de Marbella que continúa muy grave en un hospital por un traumatismo cranoencefálico. Por la mujer de La Laguna que murió tras cuatro puñaladas. Por la mujer que fue lanzada ayer desde un sexto piso en Girona...En esta ocasión, el colectivo Bolo-Bolo quiso poner voz a las mujeres transexuales porque sufren una fuerte discriminación por su cambio de sexo. Alejandro Alder, presidente de esta asociación de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales, apuntó la necesidad de «visibilizar» una problemática que ha permanecido escondida demasiado tiempo. La violencia ejercida contra las mujeres transexuales, conocida como transfobia, es «una violencia institucionalizada», según apuntó Alder, puesto que se suele considerar que la transexualidad es «una enfermedad mental». Además, comentó: «Muchas mujeres transexuales son rechazadas por romper con su rol masculino y se les niega a ser dueñas de su propia identidad».En este sentido, el colectivo leyó un manifiesto de apoyo a las mujeres transexuales que incide en la necesidad de un cambio en la sociedad, puesto que ésta continúa siendo «machista» porque etiqueta a las personas «en función de sus genitales». Bolo-Bolo quiso dedicarles el minuto de silencio, dado que este año está dedicado a la transexualidad, y espera que tanto los medios de comunicación como la sociedad rompan barreras y ayuden a dar a conocer el problema buscando la realidad y no el morbo.Por su parte, Rebeca García, secretaria del colectivo, aprovechó la ocasión para recordar que buena parte de las mujeres transexuales «son empujadas a ejercer la prostitución» porque son rechazadas en su entorno, despedidas de sus trabajos o, simplemente, reciben desprecios por el hecho de haber cambiado de identidad.iniciativas. Desde el Consejo de la Mujer tienen claro que hay que empezar a trabajar en materia educativa para romper barreras, pero también es importante hacerlo en el ámbito social, en el familiar y en el área sanitaria con el objetivo de que la transexualidad no sea considerada como enfermedad mental.Las concejales de Servicios Sociales y de Igualdad, Ana Saavedra, y Ana Verdú, respaldaron la iniciativa de Bolo-Bolo y se sumaron al manifiesto. Un texto que reivindica «la igualdad de mujeres y hombres, sin distinción de edad, origen social, nacionalidad, orientación sexual, identidad de género, entre otras circunstancias, y pide a la sociedad «un esfuerzo necesario, individual y colectivo para erradicar y luchar contra cualquier forma de violencia hacia las mujeres, especialmente la derivada del abuso de poder por diferencia de género».
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