VIDEOS

CONOCENOS

DOCUMENTOS

PRENSA

jueves, 8 de julio de 2010

«Los transexuales no son enfermos, la verdadera enfermedad es la ignorancia»

«Ha sido muy importante que la sanidad pública cubra las operaciones para evitar la prostitución en este colectivo»

La ponencia presentada ayer por Natividad Fidalgo Rodríguez llevaba por título 'Cuando mi cuerpo es mi cárcel y no mi templo' e intentaba acercar a los estudiantes de los cursos de verano de la Universidad a los problemas que viven los transexuales. La tolerancia, el respeto y la ruptura de los tabúes son para ella la base para un cambio que suponga una mejora en la calidad de vida de estas personas.


-¿Cuál es su balance general sobre la situación social de los transexuales en España?

-Los transexuales están muy estigmatizados. Somos muy poco sensibles a las carencias que tiene este colectivo, por lo que viven una gran incomprensión de la sociedad. Hay transexuales que han sido echados de casa por sus padres debido a su condición, así que si no tienen la compresión de su familia de origen, imagina cómo se sienten en relación a la sociedad.

-¿Cree que se está avanzando correctamente en la legislación?

-Sí, las cosas han mejorado mucho. Ahora, por ejemplo, no es necesario que se hayan sometido a la reasignación genital para poder cambiar el nombre. Y eso facilita mucho las cosas, porque, por ejemplo, si por fuera ya estás asignado a tu sexo y en tus documentos ya está el sexo que sientes es mucho más sencillo encontrar trabajo.

-¿Qué aspectos cree que requieren más atención para normalizar la transexualidad?

-La educación desde la infancia. Estamos demasiado dicotomizados entre hombres y mujeres. Si los sexos se entendieran y se hablaran más y fueran relaciones más justas, no sería tan importante si eres chico o chica, simplemente serías persona.

-Este año el Día del Orgullo Gay se centró en la transexualidad bajo el lema 'Por la igualdad trans', ¿por qué cree que los gays y lesbianas son aceptados ya en la sociedad y los transexuales no?

-por qué a nosotros nos educan a través de la vista, necesitamos etiquetas y los roles de interacción entre hombres y mujeres son distintos. Un transexual no es lo que se ve habitualmente, estoy tan automatizado para racionar ante lo que estoy viendo que de repente me descoloca. Y es más cómodo echar la culpa fuera que a uno mismo.

-¿Qué opina sobre el hecho de que se considere la transexualidad una enfermedad mental?

-Nos construyen con un modelo social, unos parámetros morales y, claro, estas personas no es que no se ajusten a los parámetros morales, lo hacen, lo que no se ajusta es su cuerpo a lo que tú dices que tiene que ajustarse. Lo catalogamos como enfermedad mental como excusa para nosotros: es más fácil asumir que él está enfermo, que no que yo no tengo ni idea de lo que está pasando, que soy un ignorante. Pero ellos no son enfermos mentales, la verdadera enfermedad mental es la ignorancia.

-Ahora que la sanidad pública cubre las operaciones de reasignación de sexo, ¿qué supone eso para el colectivo transexual?

-Supone un gran cambio. Antes de que se promulgara esa ley un número muy alto de transexuales acababa en la prostitución porque eran operaciones muy caras, y es la pescadilla que se muerde la cola: no puedes encontrar trabajo como mujer si no te has hecho la reasignación genital, pero es que si no trabajas no puedes pagarte esa operación. Sin embargo, los transexuales siempre han tenido trabajo en el ámbito de la prostitución; o sea, que valen para que te vayas con ellos a la cama, pero no para que trabajen contigo en la oficina.

-¿Habría un el mensaje que transmitir a la sociedad?

-Sí, que una sociedad culta, con amplitud de miras, que intenta comprender en lugar de ir a la sinrazón es mucho más libre y más capaz de generar felicidad para todos.

No hay comentarios: