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viernes, 11 de noviembre de 2011

Rompiendo el espejo imposible



Nuestra sociedad ha sido empujada al hedonismo insensato de la belleza artificial. Desde los medios de comunicación el constante bombardeo de mensajes imposibles a través modelos de belleza enfermiza y cadavérica, de mujeres irreales retocadas por ordenador, constituyen el inalcanzable listón al que deben aspirar las mujeres contemporáneas. La perfección, desvirtuada y virtual, es el pedregoso camino por el que se ven obligadas a transitar quienes pretendan pertenecer a la elite del triunfo, quienes quieran sentirse aptas para la vida social.
Cuando la aceptación del propio cuerpo depende de unos cánones que están reñidos con la salud más básica e inclusive alejados de la realidad física humana, se está apelando al viejo truco de la zanahoria que cuelga delante del asno, el perpetuo y sádico juego en el que nadie gana.
Esta es la mayor plataforma de exclusión jamás concebida, fuente de frustración e infelicidad de la que beben sedientas niñas, jóvenes y maduras; amas de casa y empresarias de éxito, trabajadoras del sexo y superstars, mujeres de a pie y modelos top.
Excluidas así a través de los patrones de belleza reinantes, las mujeres, en su conjunto, continúan conformando el grupo marginal de mayor envergadura de la historia de la humanidad.
Solo hace falta echar un vistazo a nuestro alrededor para comprender adonde nos conduce este culto de estereotipos deshumanizados, esta ceguera patológica y atroz en nuestras escalas de valores, este fatuo afán de pertenencia al puzle que conforma al mismo monstruo que nos pisotea y desvaloriza, el espejo imposible.

Romper el espejo imposible es asumir la belleza como un fenómeno individual, único e irrepetible. Es poseer la lucidez del amor propio sin necesidad de caer en comparaciones. Aceptar nuestro cuerpo es unificar nuestra experiencia de vida con nuestro sistema emocional, es tener en claro el aprendizaje que nos han brindado los pasos andados y ser conscientes de los frutos que hemos cosechado.
Integrar cuerpo, mente y espíritu es la acción de entregarnos con plenitud a la vida, es compartir nuestra individual sabiduría con otros, es luchar por nuestros sueños y soñar con un mundo más justo para todos.

Marciano Bakman.
Director artistico de TransCabaret.

2 comentarios:

Nan dijo...

el cuerpo es el equipo que nos ha tocado para transitar por esta vida. es arriesgado y tonto debilitarlo hasta dejarlo inservible... cambiarlo hasta dejarlo irreconocible... castigarlo a diario hasta la muerte...

twitter de famosos dijo...

La belleza del exterior no se compara con la belleza interna de estos jovenes que no quisieron nacer hombres. Un beso para ellos, espero que algún día las sociedades no los miren con malos ojos, ud merecen respeto y más...