El que era un matrimonio heterosexual, tanto civil como religioso, ha pasado a ser un matrimonio entre personas del mismo sexo.
Después de 5 años de matrimonio, el cónyuge que ante la sociedad era el marido se ha sometido a un proceso de reasignación de sexo para acomodar su cuerpo a su identidad femenina, dando lugar a un nuevo modelo familiar.
Sin embargo, el problema surge cuando, en noviembre, la esposa transexual, Alessandra Bernaroli, de 38 años, solicita al Registro Civil de Bolonia su documento de identidad modificado, después de haber sido concedido por los tribunales.
Es entonces cuando el funcionario del Registro se da cuenta de que el cambio originaría un matrimonio entre mujeres y la solicitud de libro de familia queda bloqueada.
El Ayuntamiento considera que la entrega de dicho documento supondría admitir oficialmente un matrimonio entre personas del mismo sexo. Así, se les hace entrega de un libro de familia en el que las dos mujeres aparecen separadas.
“Somos una pareja de mujeres unidas en matrimonio pero no somos gay —señala Alessandra—; la transexualidad es una entidad clínica bien definida que se diferencia del travestismo y de la homosexualidad”.
El Ayuntamiento habría cometido un abuso de poder sin justificación jurídica, en opinión de las afectadas, y a ello se añade una documentación que resulta falsa en tanto que atestigua una separación que no existe:
“Nosotras estamos todavía unidas en matrimonio, —continúa Alessandra— no tenemos intención de divorciarnos y me parece que no existe ninguna ley que prohíba el matrimonio entre personas del mismo sexo ni que imponga el divorcio de oficio”.
La Asociación Arcigay, la red jurídica Lenford y la asociación boloñesa “Il Cassero” han proporcionado asistencia jurídica gratuita para llevar el caso ante los tribunales con la intención de llegar hasta el fondo en esta batalla legal.
Fuente : La Asociación Arcigay
Después de 5 años de matrimonio, el cónyuge que ante la sociedad era el marido se ha sometido a un proceso de reasignación de sexo para acomodar su cuerpo a su identidad femenina, dando lugar a un nuevo modelo familiar.
Sin embargo, el problema surge cuando, en noviembre, la esposa transexual, Alessandra Bernaroli, de 38 años, solicita al Registro Civil de Bolonia su documento de identidad modificado, después de haber sido concedido por los tribunales.
Es entonces cuando el funcionario del Registro se da cuenta de que el cambio originaría un matrimonio entre mujeres y la solicitud de libro de familia queda bloqueada.
El Ayuntamiento considera que la entrega de dicho documento supondría admitir oficialmente un matrimonio entre personas del mismo sexo. Así, se les hace entrega de un libro de familia en el que las dos mujeres aparecen separadas.
“Somos una pareja de mujeres unidas en matrimonio pero no somos gay —señala Alessandra—; la transexualidad es una entidad clínica bien definida que se diferencia del travestismo y de la homosexualidad”.
El Ayuntamiento habría cometido un abuso de poder sin justificación jurídica, en opinión de las afectadas, y a ello se añade una documentación que resulta falsa en tanto que atestigua una separación que no existe:
“Nosotras estamos todavía unidas en matrimonio, —continúa Alessandra— no tenemos intención de divorciarnos y me parece que no existe ninguna ley que prohíba el matrimonio entre personas del mismo sexo ni que imponga el divorcio de oficio”.
La Asociación Arcigay, la red jurídica Lenford y la asociación boloñesa “Il Cassero” han proporcionado asistencia jurídica gratuita para llevar el caso ante los tribunales con la intención de llegar hasta el fondo en esta batalla legal.
Fuente : La Asociación Arcigay
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