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miércoles, 22 de julio de 2009

La transexual agredida en Gijón lamenta las "humillaciones y desprecios" sufridos y teme que "todo quede impune"

Pide que se juzgue a sus agresores y que el gimnasio asuma las responsabilidades de su decisión de asignarle el vestuario masculino

GIJÓN, 22 (EUROPA PRESS)
La mujer transexual agredida el 3 de julio en los vestuarios masculinos de un gimnasio de Gijón, Y.A.S., lamenta las "humillaciones y desprecios" sufridos y teme que finalmente "todo quede impune".
Así lo dijo en una carta remitida hoy a través de la asociación Xente Gai Astur (XEGA), en la que la joven, que está afectada por los acontecimientos y sigue "en estado depresivo", quiso exponer su versión sobre los hechos.
"Dicen que la vida está llena de casualidades. Debe ser por eso que a mi me tocó ser transexual. Siempre tuve el temor de que, por serlo, algún día pudiera llegar a ser agredida. Es lo que a lo largo de la vida he visto que le ocurre a otras mujeres como yo", comienza el escrito.
De este modo, la mujer expresa su denuncia pública de la agresión que sufrió en un gimnasio. "Soy usuaria de ese centro desde hace tiempo debido a que tengo una dolencia y una prescripción médica me lo aconseja. Cuando decidí darme de alta en el mismo, hice constar mi condición de persona transexual y la posibilidad de utilizar el vestuario mujeres para cambiarme. La respuesta fue que, debido a lo que decía mi DNI, solo podía utilizar el vestuario masculino. Los informes sobre transexualidad no sirvieron para nada", relató.
Al respecto, indicó que desde el comienzo, sintió "comentarios insultantes y humillantes" hacia ella, pero el gimnasio "reiteró que la única posibilidad era la que estaba en marcha".
"El pasado día 3 de julio, cuando estaba en la ducha, sentí un fuerte golpe; era la puerta que alguien había abierto de una patada desde fuera. Me dio un golpe que me dejó conmocionada. A partir de ese momento solo recuerdo cómo me sacaron a rastras, desnuda y tirada en el suelo mientras me golpeaban e insultaban", explica la agredida.
"En medio de una situación de pánico, muerta de vergüenza, logré medio vestirme y salir corriendo del vestuario. Antes de alcanzar la calle, paré en recepción donde simplemente me entregaron un pañuelo para la sangre que me salía por la nariz y boca", describe en la carta.
Desde entonces hasta hoy, afirma que "nadie" se ha puesto en contacto ella. "Debieron cambiar mucho las cosas porque antes me llemaban cada dos por tres para ofrecerme regalos si hacía nuevos socios para el gimnasio", señaló.
Según apunta Y.A.S., antes de estos hechos y debido a cuestiones relacionadas con un acoso de carácter laboral, tuvo que ir a los tribunales. "Gané el juicio pero todavía hoy estoy a la espera de que se cumpla la sentencia", indicó. "Este hecho me hizo entrar en en una profunda depresión que motivó mi baja laboral. Todos los esfuerzos por recuperarme se vienen ahora abajo tras la agresión sufrida en el gimnasio", añadió.
FALTA DE IGUALDAD
En la carta, la agredida lamenta la falta de igualdad y respeto. "Aveces me dicen que las cosas están cambiando. Yo la verdad es que cuando miro hacia mi propia vida lo único que veo son humillaciones y desprecio. Tengo miedo de que después de sufrir esta agresión gratuita e injustificada, todo quede impune", argumenta.
"Me gustaría pensar que esas cosas que se dicen de la igualdad, de los derechos de todas las personas y demás puedan permitir que, al menos por esta vez, sienta que se juzga a quien me agredió para recuperar así mi orgullo y dignidad como persona y también que el gimnasio acabe por asumir las responsabilidades que le corresponden, pues fueron ellos quienes con su decisión, sentaron las bases de la agresión que sufrí", concluyó Y.A.S en su carta.
La Policía interroga a los testigos para identificar a los acusados
Los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía encargados de llevar a cabo la investigación del caso continúan trabajando, según un portavoz de la Comisaría. «Se está tomando declaración a los testigos y se trabaja de manera intensa para poder identificar a los acusados», asegura esta fuente. Los agentes quieren resolver el caso «cuanto antes». Son conscientes de la preocupación que esta agresión ha levantado en la sociedad gijonesa.
La transexual agredida puso la denuncia en la Comisaría el mismo día del suceso. En su mano llevaba el parte de lesiones que le facilitaron los facultativos del Hospital de Jove. A partir de entonces los funcionarios policiales comenzaron una investigación que cuenta con una dificultad añadida: en los vestuarios de los centros deportivos no se pueden instalar cámaras de seguridad. No obstante, los policías señalan que cuentan con la colaboración del gimnasio.

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