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jueves, 7 de octubre de 2010

Ataque homófobo en una playa de Sitges


Laurent Vernis, de 39 años (francés afincado en Barcelona) ha denunciado haber sido fruto de una salvaje agresión a pedradas por parte de dos jóvenes en una playa de Sitges, hace unas dos semanas, cuando se encontraba descansando en compañía de un amigo. Se trata de una cala de difícil acceso, frecuentada especialmente por público gay.

“Fue de una violencia extrema. Fue una suerte que no lograran darnos. Estamos vivos de milagro”, ha declarado a La Vanguardia Laurent. Él y su amigo Roberto descansaban en una pequeña playa situada a continuación de la que se conoce como cala de l´Home Mort, yendo de Sitges hacia Vilanova i la Geltrú. Sólo se puede llegar a pie o por mar: hay que caminar durante unos veinte minutos por un sendero que nace en los alrededores de la discoteca Atlántida, y que transcurre casi en paralelo a la vía del tren. El descenso a la cala se hace por un sendero abrupto. La cala queda encajonada entre el mar y una pared montañosa, y desde lo alto se controlan la arena y los movimientos de cualquier persona que esté en ella. “La playa se convirtió en una trampa mortal”, comenta Laurent.

“Mi amigo Roberto se acercó cuanto pudo a la pared y las piedras le caían justo al lado. Yo, atemorizado, me lancé al agua y me puse a nadar. Uno de los chicos se desplazó por la cornisa y siguió lanzándome piedras haciendo puntería conmigo. Tuve miedo de dejar a Roberto solo y me puse a gritar”, relata Laurent.

Afortunadamente, un pescador que se encontraba en unas rocas en la cala de al lado y un vecino que salió a caminar con su perro (eran aproximadamente las seis de la tarde) escucharon los gritos de Laurent. La presencia de este segundo testigo hizo que los dos sospechosos huyeran en dirección a Vilanova.

Laurent ha declarado ante los Mossos d”Esquadra que el chico que le siguió lanzando piedras mientras él nadaba le gritó “mariconas”. La víctima describió a los agresores como dos jóvenes de 20 a 22 años, de apariencia magrebí, delgados y vestidos con camisetas de manga corta. Uno llevaba el pelo muy corto y el otro el pelo rapado por los costados y con cresta más larga en el centro.

Los Mossos de Sitges creen que el ataque es “una gamberrada ocasional” ya que según ellos no ha habido ataques homófobos en la población desde hace años. Algo que niega Roberto, que sí refiere conocer otros casos. La Policía sí que reconoce que por la zona se han movido grupos de jóvenes que ejercían como chaperos y que en alguna ocasión robaban a sus propios clientes. Los Mossos reconocen, no obstante, que puede existir un volumen de delitos que nunca es denunciado por las víctimas. ”A veces, creen que han ligado y, al final, son engañados por algún desaprensivo. No denuncian porque, en algunos casos, su condición sexual se mantiene oculta a su círculo personal”, dicen.

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