Se da además la circunstancia de que Long Drivers of America ha modificado intencionadamente las reglas para exigir que las competidoras sean “mujeres desde su nacimiento”, un requerimiento que ya exigía la LPGA. Lana Lawless considera que esta prohibición viola la legislación de derechos civiles de California, que explícitamente prohíbe la discriminación por razones de identidad de género, por lo cual ha presentado una demanda ante una Corte federal de San Francisco contra la LPGA, Long Drivers of America y diversos patrocinadores de la competición.
La golfista defiende que ni siquiera puede argumentarse que su características físicas supongan una ventaja competitiva, dado que completó su proceso de reasignación de sexo en 2005, por lo que su “estado hormonal” es similar al de otras mujeres. Pero además, Lana Lawless argumenta que en su certificado de nacimiento, ya modificado, consta que ella es una mujer, y por tanto no hay nada que discutir. “¿Qué es eso de ser una mujer de nacimiento? Se es o no se es una mujer”, opina, indignada.
Lawless cree, además, que el hecho de cambiar la regulación es una maniobra dirigida específicamente contra ella. “Cómo pueden decir que no es así, si primero tienen una reglas que me permiten jugar y luego vas y las cambias”, se pregunta…
El de Lawless no es el único caso de golfista transexual conocido hasta la fecha. En su momento, la danesa Mianne Bagger ya se tuvo que enfrentar a una gran resistencia para poder participar el el circuito de golf femenino, y su caso sirvió de hecho para modificar en un sentido inclusivo las reglas de los circuitos europeo y australiano, así como de la United States Golf Association, una entidad distinta a la LPGA.
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