Vitoria, 26 oct (EFE).- El Defensor del Pueblo Vasco -Ararteko- ha recordado hoy a la sociedad que la transexualidad "no es una enfermedad" y ha planteado 27 recomendaciones, dirigidas básicamente a los poderes públicos, para que se garanticen los derechos fundamentales de este colectivo, algo que actualmente "no ocurre".
El Ararteko, Iñigo Lamarca, ha entregado a la presidenta del Parlamento vasco, Arantza Quiroga, el informe extraordinario titulado "La situación de las personas transgénero y transexuales en Euskadi" y posteriormente ha expuesto su contenido en rueda de prensa.
"Todavía hay mucho que hacer", ha considerado Lamarca tras enumerar algunas de los estigmas, estereotipos y marginaciones que sufre este colectivo en ámbitos sanitarios, educativos y laborales, además de vulneraciones de derechos humanos fundamentales como la dignidad, libertad, igualdad e integridad física y moral.
Ha dejado claro que la transexualidad no es una enfermedad, sino el resultado "de una disociación entre su sexo biológico y la identidad sexual que sienten estas personas" y ha rechazado la idea que se tiene sobre este colectivo al ligarlo a la prostitución o el espectáculo. "La realidad nos muestra que esto no es así", ha recalcado.
En el informe, en el que se incluyen testimonios de estas personas, se hace una estimación del número de transexuales en Euskadi que podría ser de 108 personas, aunque Lamarca ha aclarado que es "muy difícil" hacer un cálculo, sobre todo en cuanto al transgénero, ciudadanos que pueden identificarse con un sexo diferente al suyo o con ambos a la vez.
El Ararteko, Iñigo Lamarca, ha entregado a la presidenta del Parlamento vasco, Arantza Quiroga, el informe extraordinario titulado "La situación de las personas transgénero y transexuales en Euskadi" y posteriormente ha expuesto su contenido en rueda de prensa.
"Todavía hay mucho que hacer", ha considerado Lamarca tras enumerar algunas de los estigmas, estereotipos y marginaciones que sufre este colectivo en ámbitos sanitarios, educativos y laborales, además de vulneraciones de derechos humanos fundamentales como la dignidad, libertad, igualdad e integridad física y moral.
Ha dejado claro que la transexualidad no es una enfermedad, sino el resultado "de una disociación entre su sexo biológico y la identidad sexual que sienten estas personas" y ha rechazado la idea que se tiene sobre este colectivo al ligarlo a la prostitución o el espectáculo. "La realidad nos muestra que esto no es así", ha recalcado.
En el informe, en el que se incluyen testimonios de estas personas, se hace una estimación del número de transexuales en Euskadi que podría ser de 108 personas, aunque Lamarca ha aclarado que es "muy difícil" hacer un cálculo, sobre todo en cuanto al transgénero, ciudadanos que pueden identificarse con un sexo diferente al suyo o con ambos a la vez.
Vulnerabilidad, profundo sufrimiento, incomprensión y rechazo social son algunos de los términos utilizados por el Ararteko para describir la situación en la que viven estas personas expuestas en muchos casos a la soledad, a las autoagresiones e incluso al suicidio.
Entre las recomendaciones, el Defensor del pueblo vasco reclama de las administraciones públicas campañas y acciones de lucha contra la transfobia y medidas de prevención en el ámbito escolar para evitar su exclusión.
Por ejemplo, se recomienda que los alumnos sean llamados por el nombre correspondiente a su sexo psicosocial por docentes, compañeros y personal del centro.
También plantea dar formación adecuada sobre transexualidad a personal de administraciones públicas en contacto con la ciudadanía, y pide que se adapten los equipamientos en instalaciones deportivas, escuelas o residencias para que estos ciudadanos dispongan de duchas y cambiadores individuales que preserven su intimidad.
En el ámbito laboral, el Ararteko propone que se garantice el acceso al empleo de estas personas en igualdad de oportunidades y que se sensibilice a sindicatos y empresarios para evitar discriminaciones.
Sobre la atención sanitaria, el Ararteko pide un tratamiento integral de reasignación sexual "en igualdad de condiciones con respecto a las demás prestaciones financiadas" por la sanidad vasca.
Asimismo, solicita que se adopten medidas para impulsar que la consideración penal de la discriminación, el acoso y agresiones que sufra una persona por ser transexual o transgénero sea la misma que reciben tales conductas cuando se cometen por motivo del sexo o la orientación sexual de la víctima.
En otra de sus recomendaciones, el Ararteko propone que se reflexione sobre la conveniencia de que mujeres transexuales que aún no han registrado su cambio de nombre y de sexo sean consideradas como mujeres cuando sufren violencia de género y puedan acceder a los recursos sociales. EFE
Entre las recomendaciones, el Defensor del pueblo vasco reclama de las administraciones públicas campañas y acciones de lucha contra la transfobia y medidas de prevención en el ámbito escolar para evitar su exclusión.
Por ejemplo, se recomienda que los alumnos sean llamados por el nombre correspondiente a su sexo psicosocial por docentes, compañeros y personal del centro.
También plantea dar formación adecuada sobre transexualidad a personal de administraciones públicas en contacto con la ciudadanía, y pide que se adapten los equipamientos en instalaciones deportivas, escuelas o residencias para que estos ciudadanos dispongan de duchas y cambiadores individuales que preserven su intimidad.
En el ámbito laboral, el Ararteko propone que se garantice el acceso al empleo de estas personas en igualdad de oportunidades y que se sensibilice a sindicatos y empresarios para evitar discriminaciones.
Sobre la atención sanitaria, el Ararteko pide un tratamiento integral de reasignación sexual "en igualdad de condiciones con respecto a las demás prestaciones financiadas" por la sanidad vasca.
Asimismo, solicita que se adopten medidas para impulsar que la consideración penal de la discriminación, el acoso y agresiones que sufra una persona por ser transexual o transgénero sea la misma que reciben tales conductas cuando se cometen por motivo del sexo o la orientación sexual de la víctima.
En otra de sus recomendaciones, el Ararteko propone que se reflexione sobre la conveniencia de que mujeres transexuales que aún no han registrado su cambio de nombre y de sexo sean consideradas como mujeres cuando sufren violencia de género y puedan acceder a los recursos sociales. EFE
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