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lunes, 17 de enero de 2011

Condenados 4 militares españoles que dieron una paliza a un activista LGTB en San Sebastián

La víctima intentó huir, pero los agresores le persiguieron hasta que le alcanzaron y le dieron una paliza. De trasfondo, el fascismo español antivasco: "Seguro que eres de los que apoyan a ETA".

Los cuatro militares acusados de golpear brutalmente a un militante de una organización LGTB en San Sebastián han sido condenados a distintas penas, dos de ellos como responsables directos de la paliza y los dos restantes por no evitar la agresión.

La sentencia del caso condena a los dos autores materiales de los golpes a dos años de prisión y a pagar sendas multas de 300 euros por un delito de lesiones y una falta de desobediencia a agentes de la autoridad, con la atenuante de dilaciones indebidas en el proceso judicial y la agravante de abuso de superioridad.

Asimismo, impone a cada uno de los otros dos militares una multa de 4.500 euros por un delito de omisión del deber de impedir delitos con la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas.

El texto judicial también condena a los cuatro a indemnizar conjuntamente al perjudicado con 7.715 euros por las lesiones, perjuicios y secuelas sufridas.

La sentencia, emitida por el Juzgado de lo Penal número 5 de la capital guipuzcoana, explica que los hechos ocurrieron sobre las 23:00 horas del 13 de enero de 2005, cuando los cuatro procesados caminaban de paisano por la calle San Martín, "profiriendo gritos y dando golpes al mobiliario urbano".

En la esquina con la calle Urbieta, se encontraron con el perjudicado y dos de ellos cruzaron la carretera en diagonal y le dijeron: "seguro que eres de los que están de acuerdo con ETA" y "eres de los que están de acuerdo con el Plan Ibarretxe", al tiempo que uno de los procesados "le propinaba una patada".

La víctima intentó huir, pero los agresores le persiguieron hasta que los dos principales encausados le alcanzaron y "comenzaron a propinarle patadas y puñetazos por todo el cuerpo".

Mientras tanto los otros dos militares permanecieron a "dos o tres metros de distancia, sin intervenir en ningún momento ni realizar actividad alguna" para que sus compañeros "cesaran en la agresión, pese a no suponer riesgo alguno para su integridad".

Posteriormente, se marcharon del lugar en un taxi que tomaron en una parada cercana y que les dejó en las proximidades del cuartel de Loiola, a donde se dirigieron dos de ellos, mientras que los autores materiales de la agresión se marcharon a "un local de alterne".

La sentencia explica que, a la salida del local, estos encausados "caminaban por el barrio de Amara realizando entre ellos un ejercicio policial, consistente en simular entre ambos que se disparaban" al tiempo que "se ocultaban entre los árboles y el mobiliario" urbano.

En ese momento, fueron vistos por los agentes de la Guardia Urbana que también habían asistido al agredido, quienes los identificaron como los posibles autores de la paliza gracias a la descripción facilitada por unos testigos.

Los policías les dieron entonces el alto, pero los acusados se dieron a la fuga, si bien ambos fueron alcanzados y detenidos tras una persecución.

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