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sábado, 29 de mayo de 2010

La crisis y los prejuicios condenan al paro al colectivo transexual

Los sindicatos y la Asociación de Transexuales de Andalucía reclaman al Gobierno y los empresarios la apertura del mercado laboral para estos trabajadores en exclusión

Lograron, tras mucho batallar, que se les permitiera corregir sus documentos de identidad, pero ahora apenas pueden lucirlos más allá de la cola del paro. Es el colectivo transexual, hombres y mujeres que nacieron con un cuerpo que no corresponde a su identidad de género, una letra escarlata que les condena al ostracismo laboral.

"Es uno de los colectivos más vulnerables y que más sufre la exclusión", denuncia Elena Peñalver, responsable de Igualdad de UGT Andalucía. "Con la crisis la situación es aún peor y los sindicatos estamos haciendo esfuerzos por darle la atención que se merece".

Por eso, la propia Peñalver, la secretaria de Política Social y Migración de CCOO Andalucía, Rosa Berges y la presidenta de la Asociación de Transexuales de Andalucía Sylvia Rivera (ATA), Mar Cambrollé, han firmado recientemente un acuerdo de compromiso, donde se solicita, a la Administración y asociaciones empresariales, la apertura del mercado laboral para todas las personas transexuales.

Iris García sabe lo que es que le den con el currículum en las narices. Su última mala experiencia fue en un curso para cajera de supermercado. "El primer día, de todos los que allí estábamos, sólo nos echaron a mí y a otra chica transexual", cuenta. Y no pide demasiado. "Yo no quiero ejercer la prostitución. Quiero un trabajo normal que me dé una vida normal".

García nombra el gran estigma de la transexualidad, la prostitución. "Por desgracia, es la imagen que se tiene de nosotros y eso es un gran lastre para que nos contraten", asegura Mar Cambrollé. "Estamos totalmente demonizados por el estereotipo de la prostitución y lo primero que hay que dejarle claro a los que nos prejuzgan es que somos tan diversos como ellos. Es cierto, que hay una generación que al haber vivido en una época en el que la transexualidad no ha sido asumida por los allegados, ha desembocado en que muchos lleven una vida marginal y recurran a la prostitución para sobrevivir".

Ahora bien, en la generación actual, esto ha cambiado. "Hoy en día hay muchísima gente transexual muy preparada, con estudios universitarios en todos los ámbitos".

Hay dos vías de trabajo. "Tenemos que hacer que los empresarios les den a estas personas las mismas oportunidades que al resto, y a la vez, darles herramientas de formación a aquellas más desfavorecidas para que puedan competir mejor ".

El ámbito público no está exento de disfunciones. Es el caso de Yolanda Fernández, que no pudo ser admitida en un curso de la Junta por las incongruencia entre su identidad de género y la que consta en el DNI. "Era un curso de hostelería para mujeres y como aún estaba tramitando el cambio del carné fui rechazada por ser considerada un hombre", narra. Hay que tener en cuenta que los requisitos para tramitar la corrección del DNI conllevan dos años de tratamientos médicos certificados.

Reclaman legislación. "No estamos atendidos por la Administración, no hay conciencia de la exclusión que sufre el colectivo. Por eso también solicitamos al Estado que incorpore políticas de discriminación positiva", subraya Cambrollé.

Las medidas que solicitan son similares a las que se aplican a otros colectivos con problemas. "Nuestras esperanzas residen en la futura Ley Integral para Personas Transexuales, en la que pedimos que se recojan, entre otras normas, que se apliquen incentivos para la contratación de personas transexuales y una cuota mínima de contratados en las empresas públicas", explica.

El año pasado, las demandas de la Asociación fueron ratificadas por unanimidad en el Parlamento andaluz como una Proposición no de ley y Cambrollé espera que este año el proceso culmine con una ley de obligado cumplimento, como ya ocurre en Navarra.

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