El Tribunal Supremo de Londres autorizó el traslado de una presa transexual de una prisión de hombres a otra de mujeres. Según el juez, mantenerla en la prisión masculina supondría una violación de sus derechos humanos.
El juez David Elvin anuló la decisión del secretario de Estado de Justicia británico, Jack Straw, de mantener a la presa de 27 años –cuya identidad no se reveló- en la prisión masculina en la que ha pasado los últimos cinco años.
Nombrada como "A", la presa está cumpliendo dos cadenas perpetuas por el asesinato de un hombre y un intento de violación, ambos delitos cometidos cuando todavía era un hombre.
Hasta el momento, el Ministerio de Justicia había argumentado contra el traslado de "A" a una prisión de mujeres porque este hecho requeriría largos periodos de segregación y supondría un coste extra de cerca de 80.000 libras anuales.
La sentencia de este viernes del tribunal de Londres ordenó que el traslado se produzca en los próximos días.
Disforia de género
Aunque "A" nació hombre, padeció "disforia de género" desde muy pequeña, aseguró el juez Elvin.
"Disforia" es el término opuesto a "euforia" y en este caso hace referencia al sentimiento de estar atrapado el cuerpo del sexo equivocado.
El juez sugirió que este problema -en el contexto de una prisión de hombres- podría haber afectado seriamente las posibilidades de "A" de realizar trabajos en la cárcel que hubieran contribuido a reducir la condena.
Durante su estancia en prisión, la presa –que se depiló la cara y el cuerpo y siguió un tratamiento hormonal para desarrollar el pecho- vistió como una mujer y vivió en una celda individual –para su propia protección- en una unidad de presos vulnerables.
"Condición de mujer"
Desde 2006, "A" está considerada como una mujer "a todos los efectos" bajo la Ley de Reconocimiento de Género de 2004.
"Nadie puede quitarme mi condición de mujer. Hasta el día que muera, seré una mujer. Para mí esto refleja lo que debería haber sido desde el principio", aseguró "A" en su testimonio.
En estos momentos, "A" está intentando obtener una operación de cambio de sexo, pero esta intervención está condicionada a que empiece a vivir "como una mujer" en una "prisión de mujeres".
"Por consiguiente, mientras el solicitante siga residiendo en una cárcel de hombres, no será capaz de avanzar en la operación que desea", apuntó el juez Elvin.
"Esto interfiere en la autonomía personal de un modo que excede los límites para los que el encarcelamiento está previsto. Por lo tanto, declaro que el hecho de que continúe en una prisión masculina supone una violación de sus derechos establecidos por el Artículo 8 –derecho a la vida privada y familiar- de la Convención Europea de Derechos Humanos", agregó.
Según el magistrado, la transición de la presa a la feminidad "va directa al corazón de su identidad y esta frustración podría haber llegado a influir en su conducta delictiva".
Desde 2007, el caso de "A" está sujeto a revisión para que le sea concedida la libertad condicional, sin embargo, hasta el momento le fue denegada ya que se consideró que la presa todavía podría suponer un peligro público.
Nombrada como "A", la presa está cumpliendo dos cadenas perpetuas por el asesinato de un hombre y un intento de violación, ambos delitos cometidos cuando todavía era un hombre.
Hasta el momento, el Ministerio de Justicia había argumentado contra el traslado de "A" a una prisión de mujeres porque este hecho requeriría largos periodos de segregación y supondría un coste extra de cerca de 80.000 libras anuales.
La sentencia de este viernes del tribunal de Londres ordenó que el traslado se produzca en los próximos días.
Disforia de género
Aunque "A" nació hombre, padeció "disforia de género" desde muy pequeña, aseguró el juez Elvin.
"Disforia" es el término opuesto a "euforia" y en este caso hace referencia al sentimiento de estar atrapado el cuerpo del sexo equivocado.
El juez sugirió que este problema -en el contexto de una prisión de hombres- podría haber afectado seriamente las posibilidades de "A" de realizar trabajos en la cárcel que hubieran contribuido a reducir la condena.
Durante su estancia en prisión, la presa –que se depiló la cara y el cuerpo y siguió un tratamiento hormonal para desarrollar el pecho- vistió como una mujer y vivió en una celda individual –para su propia protección- en una unidad de presos vulnerables.
"Condición de mujer"
Desde 2006, "A" está considerada como una mujer "a todos los efectos" bajo la Ley de Reconocimiento de Género de 2004.
"Nadie puede quitarme mi condición de mujer. Hasta el día que muera, seré una mujer. Para mí esto refleja lo que debería haber sido desde el principio", aseguró "A" en su testimonio.
En estos momentos, "A" está intentando obtener una operación de cambio de sexo, pero esta intervención está condicionada a que empiece a vivir "como una mujer" en una "prisión de mujeres".
"Por consiguiente, mientras el solicitante siga residiendo en una cárcel de hombres, no será capaz de avanzar en la operación que desea", apuntó el juez Elvin.
"Esto interfiere en la autonomía personal de un modo que excede los límites para los que el encarcelamiento está previsto. Por lo tanto, declaro que el hecho de que continúe en una prisión masculina supone una violación de sus derechos establecidos por el Artículo 8 –derecho a la vida privada y familiar- de la Convención Europea de Derechos Humanos", agregó.
Según el magistrado, la transición de la presa a la feminidad "va directa al corazón de su identidad y esta frustración podría haber llegado a influir en su conducta delictiva".
Desde 2007, el caso de "A" está sujeto a revisión para que le sea concedida la libertad condicional, sin embargo, hasta el momento le fue denegada ya que se consideró que la presa todavía podría suponer un peligro público.
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